miércoles, 29 de febrero de 2012

Sanhedrín 27 - Ed Zomem

El Talmud sigue discutiendo quiénes son los que están habilitados y quiénes los que no están en condiciones para ser jueces o para actuar como testigos. Ya vimos el caso de los apostadores, de los que comercian el séptimo año, los que no tienen un trabajo productivo para la sociedad y los usureros. Ahora, nuestra Guemará, traerá los casos del Ed Zomem, de los falsos testigos, y de los Kerobim, de los familiares cercanos, que también están inhabilitados para ejercer como jueces o para dar testimonio. 

Ed Zomem: En Parashat Mishpatim, que leímos hace dos semanas, se estipulan una serie inmensa de leyes entre ellas (Shemot 23:1) "No admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo falso." Explicitamente la Torá nos dice que no debemos aceptar a falsos testigos (Edim Zomemim) en nuestros juicios. El Ed Zomem es quien se sabe que da falso testimonio o alguien que está, según la Torá o los sabios, inhabilitado para tener el rol de testigo. Un ejemplo de lo anterior es como venimos planteando quien es un trasgresor a voluntad de los mandamientos, un judío que sabiendo que algo está prohibido lo hace igualmente. En nuestra Guemará hay dos grandes discusiones entre Abaie y Raba, dos de los más grandes amoraim (sabios talmúdicos). El Talmud nos dice que solamente en 6 discusiones le ganó Abaie a Raba, siendo estas dos, partes de esa cuenta; en todas las demás Raba le ganó a Abaie. 

La primera discusión es ¿Desde cuándo se considera inválida la declaración de un Ed Zomem? Si no sabíamos que alguien era un "falso testigo" y esta persona declara en un juicio, luego de un tiempo se descubre que era un Ed Zomem ¿su testimonio anterior es válido y sólo se lo inhabilitad de ahora en más o retroactivamente su testimonio queda nulo? Raba dice que desde que se lo descubre como Ed Zomem queda inhabilitado mientras que Abaie, quien recordemos, gana la discusión, dice que retroactivamente (Lemafrea) su testimonio queda nulo. Sería interesante que algún abogado nos informe cómo se resuelve esta cuestión en la ley moderna de la Argentina o de cualquier otro país. 

La segunda discusión gira en torno a algo que ya estudiamos una vez. La diferencia entre cometer una transgresión Leajis o Leteavón, cometer una transgresión queriendo irritar y hacer enojar a Ds (Leajis) o simplemente por gusto, gula o placer (Leteavón). Quién come de animales que no fueron matados de acuerdo a las leyes del kashrut por placer (Leteavón) ¿Está imposibilitado de dar testimonio? Abaie dice que sí, mientras que Raba dice que no. Abaie nuevamente gana la discusión ya que por un motivo o por otro quien hace esto lo está haciendo con intención (bemezid) y no por inadvertencia o por algún descuido. Esa persona está incumpliendo un mandamiento y por ende está inhabilitada para dar testimonio. No obstante es interesante el argumento esgrimido por los seguidores de Raba que dicen que esta persona no estaría inhabilitada para dar testimonio ya que aquí lo que él hace es "malo para Ds pero no malo para el hombre". Justo se está discutiendo acá de una mitzvá que afecta la relación entre el hombre y Ds, como es el caso del Kashrut, pero no afecta la relación entre los hombres ya que este hombre al comer alimentos prohibidos no le hace daño a nadie más que a Ds. Por el contrario quién roba le hace mal a Ds y mal a los hombres (Derá leShamaim veraLaberiot).

lunes, 27 de febrero de 2012

Sanhedrín 26 - Sojrei Sheviit

En el post anterior discutimos sobre quiénes eran, según la Mishná y el Talmud, las personas que estaban inhabilitadas para ser jueces o testigos. Por regla general tenemos a los parientes cercanos y a las personas que su única ocupación es la de ser un apostador o un usurero. También dijimos que los "Sojrei Sheviit" los que comercian en el séptimo año están inhabilitados para cumplir estas funciones. Hoy nuestra Guemará nos explica un poco más la situación. 

La Torá prescribe que la tierra de Israel se debe trabajar seis años mas el séptimo debe descansar. No se la puede trabajar, no se la puede cosechar ni sembrar. Por regla general, también aprendimos, que quienes son trasgresores "habituales" de los preceptos tampoco pueden servir como testigos o como jueces. Es importante aclarar, como lo hace el Talmud, que quienes trasgreden un mandamiento o una halajá directamente de la Torá no pueden bajo ningún concepto actuar como testigos. No obstante, como es el caso de nuestro comerciante con los productos del séptimo año, los que trasgreden indicaciones y leyes de los sabios (midivrei sofrim) no están automáticamente imposibilitados de dar testimonio. El testimonio de un trasgresor de una ley biblica (por ejemplo: quién prende fuego en shabat) es totalmente inválido. En cambio, quién por ejemplo, viola el segundo Iom Tov para las diásporas, que forma parte de los decretos de los sabios, no esta automáticamente inhabilitado para dar testimonio, sólo lo está cuando se da la Hajraza BeBeit Din, cuando la corte rabínica anuncia que esa persona está violando los mandamientos. 

Establezcamos entonces que quienes trasgreden algún mandamiento no pueden ser testigos ya que su palabra no es totalmente confiable. Ahora bien, todos podemos arrepentirnos de nuestros errores. Todos podemos volver en Teshuvá, en arrepentimiento, y acercarnos más a la Torá y a su Ley. ¿Cómo nos hacemos nuevamente confiables? ¿cómo nos hacemos nuevamente meritorios de poder dar testimonio y actuar como jueces? En nuestra página anterior (35b) se nos dice como aquel que comerciaba con los productos del séptimo año y se arrepiente de sus hechos puede volver a "ganarse la confianza" del público y de Ds. Él debe devolver la plata ganada de manera indescente y contraria a la ley del séptimo año. Todo lo que ganó ese año debe devolverlo. ¿Cómo sugiere el Talmud que lo haga? Debe escribir un comunicado público diciendo que él gano ese dinero de manera mal habida, comerciando con los productos prohibidos del séptimo año y que ahora dona toda esa plata para los pobres. Éste es un gran ejemplo que podemos utilizar en nuestras vidas y en nuestras comunidades. Si nosotros mismos en cierto momento, o sabemos de alguien, que ganó dinero no de la forma más honrosa una buena forma de volver en Teshuvá y de llevar a los  actos el arrepentimiento del corazón a la acción es devolver esa suma de dinero beneficiando a los más necesitados. 

Un dato curioso: El no trabajar la tierra el séptimo año, el año de la Shmitá, es totalmente bíblico. Aparece explicitamente indicado en la Torá y sumamente detallado. No obstante, como ya estudiamos en el tratado de Guitin, por diversas necesidades socio-económicas los sabios encontraron la forma de poder trabajar la tierra en aquel año y también pudieron mantener las deudas y los compromisos de pago (algo que el séptimo año también anula). En nuestra Guemará podemos ver también la gran flexibilidad que tenían los sabios talmúdicos con respecto a la Halajá. Ellos decretaron que si hay un "Ones Gadol", una gran necesidad o una imperiosa necesidad, se puede trabajar la tierra de Israel el séptimo año. Por ejemplo si los judíos que viven en la tierra de Israel, este ejemplo lo da el Talmud, están bajo dominio de un gobierno extranjero y este cobra muchos impuestos, los judíos pueden trabajar la tierra el séptimo año para poder pagarlos y para poder preservar sus vidas (pikuaj nefesh) por miedo a algún castigo. 

viernes, 24 de febrero de 2012

Sanhedrín 25 - Inhabilitado para ser juez o testigo


Ya establecimos varias veces que son 3 los jueces necesarios para integrar un Beit Din. También dijimos como son elegidos. Ahora nos falta algo que ya mencionamos cierta vez ¿Quiénes están calificados y quienés no lo están para ser jueces? En primer lugar aclaremos que en líneas generales todo aquel que puede dar testimonio puede ser juez y viceversa. Habiendo dicho esto digamos también que los descalificados para dar testimonio o para ser jueces son en primer lugar los “parientes cercanos” de algún litigante. No puede haber relación de parentesco entre alguna de las partes en conflicto y los jueces o los testigos. En segundo lugar nuestra Mishná presenta una serie de hombres que por sus actividades no son válidos ni para actuar como testigos (edim) ni para ser jueces (daianim). Vamos analizando uno por uno:

1)      HaMesajek VeKubia: El que juega con los dados. En nuestros tiempos hablaríamos de los apostadores. El Talmud brinda dos razones distintas para descalificar a los apostadores: La primera es que son “Asmajta” y estas personas no son confiables. Asmajta viene de la raíz SMJ que significa apoyar-confiar, y éstas al parecer no son personas confiables ya que prometen algo que esperan no tener que cumplir. Un ejemplo clásico: “si pierdo esta partida, algo que ningún jugador quiere, te doy 100 dólares.” Otro sabio nos dice que es porque estos jugadores de la suerte no se ocupan del asentamiento productivo del hombre en el mundo. Su plata va y viene con facilidad y sin esfuerzo sin tener conciencia del valor del dinero y del esfuerzo cotidiano de millones de personas para conseguirlo. Si ellos no cuidan su dinero ¿cómo van a cuidar el dinero de los demás durante el juicio? En definitiva, no son hombres confiables. 

2)      Malve Vereviit. El que presta con interés. Al que se lo llama comunmente: usurero. Los sabios no dan una explicación en extenso por qué está inhabilitado para ser juez. Uno podría suponer que tiene que ver como el caso anterior en que su “quehacer” no es productivo para el mundo y que al apostar a la “suerte” de las finanzas, los créditos y otras cuestiones no tienen conciencia real del dinero. Un dato a tener en cuenta para todos estos casos. La halajá queda fijada que está inhabilitado para ejercer funciones judiciales cualquiera de estos hombres que su única ocupación sea alguna de las mencionadas. Si uno juega de vez en cuando unos dólares en el casino pero semanalmente trabaja y “crea valor” está habilitado para ser juez o testigo. 

3)      Mafrijei Ionim. Los que sueltan a los pájaros. El Talmud explica y discute que esta categoría de hombres inhabilitados para dar testimonio es similar a la de los apostadores. Ya que dicen que estos “soltadores de pájaros” son los que realizan carreras de pájaros diciendo “si tu pájaro le gana al mío, tu ganas”. El Talmud discute que esta actividad es muy parecida a la de los jugadores de dados pero unos sabios dicen que ambas se diferencian en el hecho de que en relación a los jugadores de dados su decisión depende de ellos, ellos creen ser mejores que los otros y que por ese motivo van a ganar, mientras que en el caso de las palomas, sus dueños ponen la confianza en las palomas, en un tercero, y no en ellos mismos. En definitiva ambas son actividades relacionadas con la suerte y no con el trabajo “digno” y es por este motivo que estos hombres quedan inhabilitados. 

4)      Sojarei Sheviit. Los que comercian en el séptimo año. Esta categoría la analizaremos en más detalle el día de mañana. 

El Talmud también incluye en la categoría de los que están inhabilitados para ser jueces o testigos a los ladrones, asaltantes y a los pastores de ganado en campos de otras personas, ya que también son considerados ladrones. Por regla general podríamos decir que cualquier persona que exclusivamente se ocupa de una profesión deshonrosa o impropia para lo que la sociedad considere correcto queda inhabilitado para actuar como juez. 

Raba enseña que “nadie se hace a sí mismo malvado”. Este principio es muy importante ya que nadie se puede auto-acusar. Si alguien dice que trasgredió algún precepto, lo cual lo inhabilita también para ser juez o testigo, o bien realiza alguna de las actividades previamente descriptas, no queda descalificado. Uno no puede auto incriminarse, según la halajá. Si otro da testimonio que este hombre traspasó algún precepto queda sí inhabilitado. Tengamos en cuenta esto último ya que la ley judía es muy estricta en relación a los testimonios, estos deben provenir de personas observantes. Un ejemplo típico de nuestros días es que para que un casamiento sea valido se necesitan dos testigos y estos dos deben ser Shomrei Mitzvot, observantes de los preceptos, si no lo son el matrimonio no es válido.

jueves, 23 de febrero de 2012

Sanhedrin - 24 Israel vs. Babel


Eretz Israel Vs. Babel. Los dos grandes centros de estudio de la Torá desde los tiempos de Ezra (siglo v a.e.c) en adelante fueron Babilonia y Palestina. La Mishná fue compilada a comienzos del siglo III, en cambio tenemos dos Talmudim, dos estudios, de la Mishná. Tenemos por un lado al Talmud Babli y por otro lado al Talmud Ierushalmi, el primero se editó en Babilonia y el segundo en Israel. El “oficial” y el que más se usa en las academias rabínicas es el Talmud de origen babilónico, es precisamente este que estudiamos en este blog. Traigo toda esta perorata porque el Talmud está lleno de historias de los diferentes sabios de Babel y de Israel que van y vienen, unos citan a los otros, otros les discuten pero todos estudian los mismos textos. Muchas veces, desde la modernidad exaltamos al pasado como un ambiente glorioso y sin igual, donde las rispideces, las injusticias y otros males que hoy nos acontecen a diario no existían en tiempos de nuestros abuelos y mucho menos en los tiempos del Talmud. Se dice que esta es la falacia del pasado dorado, de creer siempre que el pasado fue mejor. La visión “ortodoxa” judía alaba al pasado en desmero de los tiempos presentes. Muchas veces tendemos a cuasi-santificar a los sabios de las generaciones pasadas. La maravilla del Talmud es que es honesto consigo mismo. Loa cuando hay que loar y critica cuando hay que criticar. Y al parecer ahora es tiempo de criticar ciertas actitudes de los sabios de Babilonia.

Nuestro Daf (hoja del Talmud) nos trae unas diferencias entre los sabios de Israel y los de Babilonia. Tengamos en cuenta que estos textos, que como verán, van a dejar mal parado a los sabios de Babilonia, están codificados en su propio Talmud, y no en el Talmud jerosolimitano. En primer lugar, Rabi Hoshia haciendo exégesis de un versículo nos dice que los sabios de Israel se tratan con gentileza a la hora de discutir las halajot mientras que los sabios de babilonia se agreden y se tratan con rudeza mientras discuten. Otro sabio nos dice que los de palestina son dulces en sus comentarios y reflexiones para con su compañero a la hora de las discusiones, como el aceite de oliva, mientras que los de babilonia son amargos y duros a la hora de discutir, como las aceitunas. Rabi Iojanán es incluso más duro y nos dice que las casas de los sabios de babilonia fueron construidas con hipocresía y arrogancia. Algunos sabios creen que al mundo cayeron 10 “porciones” de arrogancia y originalmente 9 de ellos fueron a parar a Babilonia. Finalmente el Talmud se pregunta ¿Qué significa Babel? Y el mismo responde: el estudio indiferenciado del Tanaj, la Mishná y el Talmud. Babel proviene del verbo “Lebalbel” que es bien 'confundir' o 'mezclar' por eso al Talmud se le da el nombre de Babli, ya que allí la Torá, la Mishná y su estudio, el Talmud propiamente dicho, se encuentran indiscriminados, intercalados y mezclados. Para los que nos cuesta estudiar Talmud quedémonos tranquilos ya que Rab Irmiah compara al Talmud (estudio) babilónico como un lugar oscuro que lleva mucho tiempo estando muerto. Las interpretaciones de esta última cita se las dejo a ustedes.

martes, 21 de febrero de 2012

Sanhedrin 23 – Composición del Beit Din

En el primer capítulo habíamos establecido que una corte, Beit Din, consta de tres jueces. Ahora, comenzando el tercer capítulo de este tratado, veremos cómo debe ser la composición del Beit Din. ¿Quiénes deben integrarlo? ¿Cómo son elegidos? Como siempre, todas estas preguntas comienzan a responderse con una Mishná. 

En un juicio siempre hay dos partes, alguien que acusa y alguien que se defiende, o ambos que se acusan mutuamente. El Stam Mishná, la primer fuente anónima que aparece en nuestra Mishná, nos dice que cada una de las partes en litigio debe elegir un juez. Por lo que tenemos dos jueces, nos falta el tercero. Rabi Meir nos dice que el tercero debe ser elegido en común acuerdo por las partes en litigio mientras que los sabios dicen que son los dos jueces seleccionados los que deben elegir su tercer compañero. Nuestra Guemará establece que se debe seguir la opinión de los sabios para que se llegue a la verdad, para que el juicio sea justo, valga la redundancia, todas las partes involucradas deben al menos elegir a uno de los jueces. Cada una de las partes elige un juez y estos dos jueces seleccionados, de forma conjunta, y en común acuerdo, eligen a un tercero. Así se forma un Beit Din.

Compañías: Una de las razones por las cuales los sabios dicen que los mismos jueces deben elegir a su compañero es por lo formulado en cierta ocasión por Rab: los testigos no deben firmar un documento sino saben quién firmará con ellos. Por regla general, casi siempre se necesitan dos testigos para certificar cierto acto. Lo que nos dice Rab es que uno debe asegurarse que al firmar un documento como testigo debemos saber quién es el otro que firmará con nosotros, ya que uno no quiere que su nombre quede manchado si se descubre que al final el otro testigo no estaba apto para testificar por ser mafioso, un delincuente o poseía alguna otra cualidad que lo invalidaba para ser testigo. Los sabios dicen que hay que elegir buenas compañías, por eso los jueces deben juzgar con otros hombres sabios y respetables. No se debe ser parte de un Beit Din donde uno de los jueces sea un hombre corrupto o mentiroso. Incluso, nos cuenta el Talmud, que los hombres sabios de Ierushalaim solían averiguar quién estaba comiendo y dónde se disponían a ir para asegurarse que el lugar esté lleno de gente respetable y honrosa. 

Anular un juez: Rabi Meir nos dice que cada una de las partes puede anular la elección del juez de la otra parte. Si a mí no me gusta, por tal o cual motivo, la elección del juez de mi “oponente” puedo descalificarlo. Los sabios, un poco más precavidos, nos dicen que solamente puede descalificarlo (hacerlo pasul) cuando uno trae pruebas de que aquel juez seleccionado se encuentra inhabilitado para ejercer la función de juez. Hay dos razones para invalidar que alguien sea juez o testigo que luego se subdividen: la primera es que una persona practique alguna actividad que no sea muy “confiable” (lo veremos específicamente en 2 días) y la segunda es que tenga una relación de parentesco con alguno de los acusados. La halajá queda codificada por el Ramabam como los sabios, si los jueces son mumjim (expertos) o son ksheirim (aptos) ninguna de las partes puede anular la elección de la otra.

lunes, 20 de febrero de 2012

Sanhedrín 22 – Reyes, cortes de pelo y divorcios.

Continuamos con algunas leyes referentes a los jueces. Una nueva Mishná nos dice una cantidad de cuestiones que debemos evitar hacer en relación a los jueces para no deshonrarlos. Una persona, por ejemplo, no debe andar en el caballo de un rey, sentarse en su trono o utilizar su bastón. Tampoco debemos verlo en situaciones “poco dignas de la realeza” como cuando se corta el pelo, se encuentra desnudo o cuando está en el baño. Los sabios extraen estas enseñanzas de un versículo de la Torá en la cual se nos comanda a instaurar un rey sobre Israel, nuestros maestros entienden que el pueblo, para poder obedecer a este rey, le tienen que tener un temor importante. El pueblo debe tener miedo del rey, de su poder y de los posibles castigos que pueda infligir ante una trasgresión del pueblo. Si el pueblo utiliza libremente las posesiones del rey, como su caballo o su bastón, o bien, lo ve en situaciones poco decorosas el pueblo le perdería el respeto, por este motivo se enuncian estas prohibiciones en la Guemará con respecto a la conducta del pueblo en relación al rey. 

Cortes de pelo. En nuestra Mishná se nos decía que no debemos ver el momento donde a un rey le cortan su cabello. Esto lleva a los sabios del Talmud a indagar más sobre el tema de los cortes de cabello. El rey, según el Talmud, se debe cortar el cabello diariamente, el sumo Sacerdote cada víspera del Shabat mientras que el resto de los sacerdotes lo debe hacer una vez cada treinta días. Es interesante este dato porque el tema de los cortes de cabello y de la barba ocupa un lugar importante en la Torá y en la Halajá. Hay momentos donde la misma nos ordena a cortar nuestros cabellos y otros tantos momentos que nos lo prohíbe. Quien está de duelo, por ejemplo, no debe cortarse sus cabellos ni barbas por treinta días, durante el periodo de Omer (un semi-duelo nacional) no debemos cortarnos la barba. Estar con el pelo largo y la barba desarreglada es una señal de duelo, en momentos de dolor nuestra imagen física pierde importancia. En contraposición en momentos de fiesta y alegría la tradición nos invita a ocuparnos de nuestra apariencia, a llenarnos de ropas nuevas, limpias y bonitas y a cortarnos el cabello y la barba. Cada víspera del Shabat o cada víspera previo a una festividad debemos afeitarnos y recibir a nuestras festividades con alegría y bien presentables. 

Divorcios: El Talmud tiene la capacidad de saltar de un lugar a otro, de un tema a otro, con total libertad y con una maravillosa facilidad. Cuando se discutían algunos aspectos del rey, el Talmud trae la historia de Abishag una sirvienta que le dan al rey David cuando estaba ya muy viejo para que pueda servirle y literalmente “calentarle la cama”. Al parecer David se une a ella pero haciendo esto sobrepasa el número de mujeres permitidas al rey, que como vimos hace unos días es de 18. Ella era la número 19, no obstante, el Talmud nos dice, que a David no le fue permitido divorciar a una de sus mujeres para cumplir con la halajá y sólo tener 18 mujeres y no 19. 

Esta historia le da pie a nuestros sabios para hablar sobre, más allá que el divorcio este permitido y legislado en el universo judío, cuan duro y doloroso es cuando una pareja se divorcia. Se nos dice por ejemplo, como vimos en la última página del tratado de Guittin, que cuando una pareja se divorcia hasta el altar del Beit Hamikdash derrama una lágrima. Rabi Iojanán, en relación a la muerte de uno de los conyugues, dice que quien sufre una pérdida semejante es como si sufriese la perdida y la destrucción del Beit Hamikdash, el lugar más sagrado de toda la tierra. Es como si Ds, luego de la muerte de un conyugue, salga de este mundo y deje de tener un lugar donde habitar. Quienes quieran seguir leyendo sobre aforismos en relación a los divorcios, a las parejas (ya que estamos, los sabios nos dicen que unir a una pareja es tan difícil como abrir el Iam Suf), al amor y a la soledad lo invito a leer por su cuenta este fragmento del Talmud.

jueves, 16 de febrero de 2012

Sanhedrín 21 - Las leyes del rey

Comencemos con un poco de Torá para comprender mejor nuestra Guemará. Esto está extraído del libro de Devarim: 17:14 Cuando hayas entrado en la tierra que Adonai tu Ds te da, y tomes posesión de ella y la habites, y digas: Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones que están en mis alrededores; 17:15 ciertamente pondrás por rey sobre ti al que Adonai tu Ds escogiere; de entre tus hermanos pondrás rey sobre ti; no podrás poner sobre ti a hombre extranjero, que no sea tu hermano. 17:16 Pero él no aumentará para sí caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto con el fin de aumentar caballos; porque Ds os ha dicho: No volváis nunca por este camino.17:17 Ni tomará para sí muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe; ni plata ni oro amontonará para sí en abundancia.17:18 Y cuando se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí en un libro una copia de esta ley...

Nuestra Mishná continúa especificando ciertas leyes con respecto a los reyes y ahora comienza a desgranar e identificar de este trozo de la Torá diversas leyes que debe cumplir un rey. El ideal de la Torá es que no haya un rey terrenal, ya que el único Rey es el Santo Bendito Sea. No obstante, la Torá comprende la necesidad humana y política de tener un rey. Pero este rey no puede ser como el del resto de las naciones. Debe respetar cuatro cosas: No debe aumentar sus caballos, no debe aumentar sus mujeres, no debe aumentar sus riquezas y debe escribir para sí una Torá. Vamos a estudiar estas leyes una a una: 

Lo Iarbé Lo Nashim. No aumentará para sí mujeres. La Torá dice que un rey no debe tener muchas mujeres pero no especifica un número. La Mishná nos dice que no debe tener más de 18. Rabi Iehudá dice que puede aumentar a más que este número, siempre y cuando su corazón no se desvíe de la Ley. Comprendamos que si los reyes tomaban para sí mujeres paganas y de otros pueblos estas podían convencerlos de que adoraran a otros dioses y no al Eterno. A esto se refiere cuando habla de desviar su corazón. Rabi Shimón nos dice que incluso un rey no se puede casar con UNA sola que desvíe su corazón. La halajá queda como el Stam haMishná, el rey no puede tomar más de 18 mujeres. Decimos mujeres y no esposas (nashim) porque el Talmud nos dice que entre estas 18 también se encuentran las concubinas (pilgashim). La diferencia entre las nashim y las pilgashim es que las primeras tienen Ketubá (contrato matrimonial) y kidushin (ceremonia de casamiento) mientras que las segundas carecen de esto. Dicho sea de paso muchos rabinos conservadores quieren volver a recuperar la figura de la pilegesh, de la concubina (para el Rambam sólo fue relegada a la figura del rey), para formalizar la relación de una pareja que nunca se casó pero que viven juntos e incluso tienen hijos.

Lo Iarbé lo Susim. No aumentará para sí caballos. Un rey nunca debe aumentar para su patrimonio personal con caballos, pero sí puede hacerlo para su ejercito. El rey no debe tener en su dominio personal y en su poder caballos en demasía, incluso nos dice el Talmud, que no puede tener caballos "batlanim", caballos en desuso, todos deben tener su función. Todo caballo que aumente para su pelotón debe tener una función y debe ser por una necesidad.  

Vekesef Vezaab lo iarbé lo meod. Oro y plata no aumentará en demasía. Todo gobernante y gobierno deben poder tener poder material, deben tener dinero o metales preciosos para sus compras y para mantener su imperio. La Torá ordena que lo que acumulen no sea en demasía. Que tengan oro y plata pero no demasiado, no en exceso. El exceso siempre lleva a la lujuria y al pecado. EL rey no puede aumentar el ingreso de oro y de plata para su patrimonio pero sí puede hacerlo para mantener a su ejercito e imperio. 

Vejoteb Sefer Torá Lishmó. Y escribirá un libro de Torá para él. Un rey debe escribir para sí mismo, como todo el pueblo de Israel, un libro de la Ley. Un hombre con tanto poder debe tener presente día y noche, que él sigue siendo un ser humano, un hombre de carne y hueso sujeto a una Ley superior, a la Ley Divina. El rey, quién todo lo puede aquí en la tierra tiene que saber que hay un poder y un libro de la Ley que limitan su poder. Por eso el Talmud nos dice que ese libro de la Ley debe acompañarlo cuando salga a la guerra, cuando vaya a dormir e incluso cuando come. En todo momento debe recordar que él tan solo es un grano de arena en la inmensidad del cosmos. 

Los motivos de las Mitzvot: ¿Por qué no fueron revelados en la Torá, en la mayoría de los casos, los motivos de las Mitzvot? ¿Por qué no se nos dice por qué debemos comer Kasher, por qué debemos cumplir Shabat, por qué debemos hacernos el Brit Mila o por qué incluso debemos estudiar Torá? Hay muy pocos preceptos en la Torá donde la misma brinda el motivo para su cumplimiento. Rabi Itzjak en nuestra Guemará se hace esta pregunta. Él mismo nos responde que en este caso, en las leyes que estamos estudiando, se nos da el taam, el motivo, de las mitzvot. ¿Por qué un Rey no puede aumentar sus mujeres? Para que su corazón no se desvíe ¿y los caballos? Para que no se sienta con demasiado poder y quiera volver a Egipto a guerrear. Rabí Itzjak nos dice que si el hombre más sabio de la historia, Shlomó Hamelej, el Rey Salomon, erró ¿cómo no lo vamos a hacer nosotros? Shlomó dijo para si: "aumentaré mis mujeres pero no me desviaré, aumentaré mis caballos pero no volveré a Egitpo." ¿Qué termina pasando? Su corazón se termina desviando y vuelve a pelear a Egipto. La ausencia de los "taamei hamitzvot", de los motivos de los preceptos, es que Ds sabe que la naturaleza humana es confiar en su propia inteligencia. Nos creemos siempre capaces, superiores a la ley diciendo: "esto a mi no me va a pasar". Muchos decimos "en el auto puedo ir a más del límite de velocidad porque yo se manejar, no voy a matarme" por frases como éstas muchos terminan muertos o gravemente heridos. La Torá no revela el motivo de cada Mitzvá, los preceptos están para ser cumplidos. Debemos confiar que tienen un propósito y como nos dice la misma Torá "están para nuestro bien". Si le encontramos un sentido racional al cumplimiento de las Mitzvot, bienvenidos sean, pero su sentido y esencia sobrepasan a la razón humana. El comer kasher no es una dieta saludable, shabat no es un mero descanso del hombre, estas como tantas otras mitzvot son señales de lo divino que hay en nuestras vidas. Lo divino, para ser divino, muchas veces debe permanecer en el misterio. 

miércoles, 15 de febrero de 2012

Sanhedrín 20 - Los muertos del rey

Ayer hablamos sobre los muertos del Kohen Gadol, hoy una nueva Mishná nos presenta la situación sobre los muertos de los Melajim, los reyes de Israel. La primera fuente nos dice que un Rey, más allá que no tenga una función de culto particular, no debe salir de su palacio para acompañar la caravana fúnebre de alguno de sus siete familiares próximos (llamados en hebreo krobim. Estos son: padre, madre, hermano, hermana, hija, hijo y conyugue). Sin embargo Rabi Iehudá dice que puede salir y acompañar tranquilamente a la caravana ya que así lo hizo el Rey David con Avner. Los sabios del Talmud nos dicen que no debemos tomar esto como un ejemplo ya que David lo hizo simplemente para aplacar al pueblo que pensaba que él había mandado a matar a Avner. La halajá queda como el sabio anónimo. Los reyes deben cumplir todas las leyes de duelo (hijlot avelut) excepto la de acompañar a la caravana fúnebre.

Las mujeres y el muerto: El Talmud nos dice que en los lugares donde las mujeres suelen ir a la delantera de la caravana, con el cajon detrás, pueden hacerlo. Rabí Iehudá es más enfático diciendo que las mujeres siempre deben liderar la caravana pero en el Shuljan Aruj, 10 siglos después, se nos dice que como costumbre las mujeres deben ir detrás del cajón y no delante. Aquí vemos que las posiciones rígidas se construyen con el tiempo pero que en el Talmud encontramos visiones mucho más flexibles y laxas.

Costumbres de duelo (Minagei avelut): El duelo es un momento muy difícil en nuestras vidas, un momento trascendente y de fuertes cambios. Todos, tarde o temprano, pasamos a ser deudos. Como todo momento trascendental de la vida, la tradición judía tiene un sinfín de leyes y costumbres para acompañar a los deudos en su momento de tristeza. Algunas aparecen en nuestra hoja del día. El rey, y cualquier otro hombre o mujer que esté de luto, se debe sentar la primer semana es una silla/sillón bajo como señal de duelo. No se debe sentar directamente en el suelo pero sí debe sentarse más abajo que donde habitualmente se sienta. Había una antigua costumbre, que cayó en desuso inmediatamente la edición del Talmud fue concluída, que cuando moría un familiar todas las camas de la casa debían ser invertidas. Se debía dormir sobre el “lado de abajo” de la cama. Otra señal de duelo, muy significativa por cierto, que se prolonga hasta nuestros días es la que se conoce como Seudat Habraá, la primer comida que come un deudo luego de enterrar a su muerto. Cuando pasamos por un momento doloroso no tenemos la fuerza para realizar trabajos por nuestra propia cuenta, muchas veces se nos cierra el estomago también. Por este motivo es una Mitzvá de la propia comunidad y de los amigos del deudo la de preparar y servir la primer comida luego de enterrar a su difunto. Hoy en día se acostumbra a servir un huevo, representando la circularidad de la vida.

Nueva Mishná! El rey y sus guerras: A una guerra optativa (miljemet reshut) se debe salir con el consentimiento del Sanhedrín Gdolá. En el libro de Shmuel I capitulo 8 el profeta Shmuel asusta al pueblo que quiere poner un rey sobre ellos. Le dice al pueblo de Israel que si quieren un rey ellos van a tenerlo y que Ds va a designar a uno, pero que este rey va a tomar a sus mujeres, va a cobrarles impuestos, va a mandarlos a la guerra, etc. Los sabios del Talmud se preguntan si todas estas cosas que allí se expresan puede el rey llevarlas acabo o simplemente fueron un recurso lingüístico y persuasivo de Shmuel para evitar poner un rey sobre Israel. Rab sigue esta segunda línea, diciendo que Shmuel sólo lo hizo para atormentar al pueblo y que se asusten. Por el otro lado Rab Shmuel nos dice que el rey puede hacer todas las cosas que allí se expresan. ¿Cómo creen que queda la halajá? De manera extraña, por lo menos para mí, Rab Shmuel termina ganando la discusión. El rey queda habilitado para hacer todo lo que allí se expone.

Los tesoros: Cuando van a la guerra ¿Quién se queda con los tesoros? De manera significativa y en contraste con recién estudiado, el rey, como muchos podrían suponer no se queda con todos los tesoros de la guerra. Al salir a la guerra, desde los tiempos bíblicos, se decreta que los tesoros reales son dominios del rey. El resto de los tesoros encontrados se reparten: una mitad para el rey y la otra mitad en partes iguales para todos los hombres que salieron a la guerra. Hoy en día podemos pensar que no es el porcentaje más justo pero si tomamos en cuenta que esta ley tiene más de 3000 años debemos sospechar que en su momento fue más que justo!

3 mitzvot: Rabi Iheudá nos dice que al pueblo de Israel le fueron encomendadas tres Mitzvot una vez que hayan conquistado la tierra de Israel. Las tres mitzvot son: Poner un rey, terminar con la simiente de Amalek (el enemigo eterno de Israel) y edificar un Beit Habejirá, una casa que sirva como santuario y lugar de culto. La primera de ellas, el pueblo de Israel la consigue con la asunción de Shaul, el primer rey de Israel. La segunda, la destrucción definitiva de Amalek, no se consiguió del todo. La última se cumplió con Shlomó, el hijo de David, cuando construyó el Beit Hamikdash.     

martes, 14 de febrero de 2012

Sanhedrín 19 - Popurrí

El estudio de nuestra guemará del día no se concentrará en un tema únicamente como suele hacer sino que será un especie de popurri. Comencemos!

Los muertos del Kohen Gadol: Habíamos visto ayer que un Sumo Sacerdote no puede impurificarse con los muertos, hoy nuestra guemará, trae este punto nuevamente y nos enseña lo siguiente: En la antigüedad, nos dice el Talmud, los deudos (avelim) se ponían en una filia y toda la gente de la ciudad pasaba al lado y le daba el pésame. Un día, dos familias de Ierushalaim comenzaron a pelearse para ver quien pasaba primero delante de los deudos para darle el pésame (nijum avelim) por este motivo los sabios decretaron que son las personas las que deben ponerse en hilera y son los deudos los que tienen que pasar por delante mientras los otros le dan su pésame. Esta costumbre la mantenemos hasta nuestros días, cuando en el cementerio los deudos, luego de enterrar a su muerto pasan por el medio de dos hileras (que la halajá nos dice que deben tener un mínimo de 10 personas en total) mientras que sus conocidos, familiares y amigos le dan su pésame con la famosa frase: Hamakom Ienajem Etjem Betoj Shar Avlei Tzion VeIerushalaim.

Otro dato interesante, para los modernos fundamentalistas judíos que dicen que los decretos (takanot) de los sabios no pueden ser modificadas. Tiempo después de esto Rabi Iosi, con aparente facilidad, volvió la práctica a los tiempos pretéritos haciendo que sean los deudos los que se queden parados mientras los otros pasaban dándoles el pésame. La flexibilidad para decretar y cambiar los decretos es evidente en los tiempos talmúdicos, deberíamos volver a aprender de aquellos maestros.

Ya que estamos... Rabi Iosi también enseña que una mujer debe ir siempre al mercado con sus hijos delante de sus ojos, no atrás de ella, ya que una vez una mujer no se percató y sus hijos fueron raptados. Por último, Rabi Iosi también decretó que las mujeres deben hablar entre ellas cuando estén en el baño... la pregunta es: ¿era necesario un decreto?

El rey: Ayer hablamos sobre algunas particularidades del Kohen Gadol. Hoy es el turno del Melej. La Mishná nos decía que los reyes no juzgan (en el sanhedrín) y no pueden ser juzgados por él, tampoco pueden dar testimonio. El Talmud nos aclara un poco más la situación y nos dice que los reyes de la casa de David, sí pueden ser juzgados y juzgar pero no los de la casa de Israel. 

Las mujeres del rey: Hablando sobre reinados y sobre reyes el Talmud trata de resolver problemas halájicos del Tanaj. Los sabios del Talmud siempre intentan que en el Tanaj no haya problemas legales, que no haya contradicciones entre la Halajá presente en los tiempos talmúdicos y la supuesta Halajá presente en los tiempos bíblicos. David, a lo largo de su vida, se casó con dos hijas de Shaul; Mijal y Meirav. Quién haya leído el libro de Levítico sabrá que está prohibido que un hombre "descubra la desnudez" de dos hermanas. Un hombre no puede casarse con dos hermanas. Los sabios tienen un problema y con inteligencia tratan de resolverlo para que no haya escollos ni grises en el Tanaj. Rabi Iosi lo soluciona fácil, nos dice que David se casó con Mijal luego de la muerte Meirav. Rabí Ioshua ben Karja se la complica más diciendo que el casamiento entre David y Meriav no fue válido (Kidushei Taut). Si ese casamiento no fue válido entonces David estaba libre para casarse con quien quisiera. Los sabios todo lo arreglan. 

Hijos adoptivos: Al parecer Meirav, la primer mujer de David, tuvo hijos pero murió por lo cual fueron criados por la segunda esposa de David, Mijal. Según los sabios del Talmud esto nos enseña que quién quiera que críe y eduque a un niño en su hogar, las escrituras lo llaman como si él/ella los hubieran parido. Los padres adoptivos son tan padres como los biológicos. Es por este motivo, ya que estamos aclaramos, que se puede llamar a un chico adoptado a la Torá con el nombre del padre que lo adoptó así como también se puede utilizar el nombre de su madre adoptiva para los pedidos de salud. Padres son los que educan, los que ven en sus hijos construcciones. 

Un extra. Cada Shabat les cantamos a nuestras amadas "Eshet Jail". Una de sus frases dice: Sheker Ajen, Hevel Haiofi, Isha Irat Hashem Titalal - la belleza es mentira, la hermosura es vanidad, una mujer temerosa de Ds habrás de alabar". Los sabios del Talmud entienden esto como una alusión a tres generaciones: La generación de Moshé es "Shéker Ajén" ya que es fácil alabar a Ds en tiempos donde uno ve constantemente milagros. La generación de Ioshua es llamada "Hevel Haiofi" ya que es también bastante sencillo bendecir a Ds cuando Él nos proporciona la tierra. En cambio, la generación de los sabios como Rabi Iehudá, es llamada "Isha irat hashem titalal", ya que aunque los romanos los azotaban con tormentos y castigos ellos seguían estudiando Torá y alabando al creador. Bonito, ¿no?

lunes, 13 de febrero de 2012

Sanhedrín 18 - Kohen Gadol

En este segundo capitulo, nuestra Mishná empieza hablando sobre algunas particularidades del Sumo Sacerdote (Kohen Gadol). También nos habla de particularidades del rey (melej) pero de este estudiaremos mejor mañana cuando la guemará empiece a discutir y a desgajar la Mishná. Tanto el Kohen Gadol como el Melej eran las autoridades, religiosas y civiles, más importantes del antiguo Israel. Por sus cargos tenían algunas particularidades, como muchas veces pasa hasta en nuestros días en roles de esa magnitud. Comencemos, como dijimos, a hablar del Sacerdote. 

El Kohen puede juzgar y puede ser juzgado. Si tiene la suficiente inteligencia y sapiencia, el Kohen Gadol puede también actuar como juez como así también si trasgrede algún precepto puede ser juzgado por un tribunal civil como a cualquier otro hombre le tocaría ser juzgado. El Talmud nos dice que si un Kohen Gadol mató a un hombre con premeditación (Bemezid) debe ser muerto, si mató a un hombre por error (Bishgagá) se debe escapar a las ciudades de refugió, en definitiva recibe las mismas penas que cualquier otro hombre. Puede ser llamado a ser testigo y pueden dar testimonio contra él. Hasta aquí es igual que cualquier otro hombre judío sin embargo, ahora empiezan las diferencias. Por su condición de Kohen Gadol no puede casarse ni con una viuda, ni con una divorciada ni con una conversa, sólo puede casarse con una virgen. Por este motivo el nunca puede ser Iabam. En la ley del levirato si a mi hermano fallece estando casado sin haber tenido descendencia yo tengo la obligación de casarme con su esposa, esto mismo es lo que no puede hacer el Kohen, ya que la mujer es una viuda y casi con seguridad no es virgen. 

Met Lo Met: Si al Kohen Gadol se le muere un muerto (suena raro en español pero es la traducción más cercana a la expresión en hebreo), o sea se le muere uno de los 7 familiares cercanos él, a diferencia de todos los otros kohanim y de todos los otros hombres de Israel no puede impurificarse entrando en contacto con el difunto. Por su posición sagrada y por su trabajo no puede entrar en contacto con un muerto. Por este motivo nos cuenta la Mishná y desarrolla el Talmud, que cuando se le muere un familiar este acompaña la caravana fúnebre a cierta distancia, nunca estando en la misma calle al mismo tiempo que el cajón con el muerto. El Kohen Hagadol según Rabi Meir acompaña al cortejo fúnebre hasta el borde de la ciudad. Steinzaltz nos presenta un dato curioso con esta frase que nos arroja la Mishná: en la antigüedad, al parecer, no se enterraban a los muertos en Ierushalaim. Seguramente esto tenia que ver con las nociones de pureza e impureza. Rabi Iehudá opina que un Kohen Gadol ni siquiera puede salir del Templo de Ierushalaim para acompañar a su muerto.   

domingo, 12 de febrero de 2012

Sanhedrín 17 - Eldad uMeidad y el Sanhedrín

Dijimos anteriormente que el Sanhedrín Gdolá estaba compuesto por 71 personas, que luego de la muerte de Moshé pasó a ocupar su lugar en las máximas decisiones del pueblo de Israel. En nuestra Mishná y posteriormente en la Guemará hay una discusión entre los sabios y Rabi Iehudá, los sabios sostenían que 71 debía ser el número de integrantes de la gran asamblea pero Rabi Iehudá decía que debían ser solo 70 ya que entendía que cuando Moshé pide que se sumen a él 70 sabios para dirimir los juicios, el mismo Moshé esta incluido y no es "ese extra". Igual sabemos que la Halajá queda como los sabios, en total son 71 los sabios que deben estar en la gran asamblea porque el Beit Din nunca puede ser Shakul, nunca puede ser un número par. Cuando en el libro de Bemidbar (cáp. 11) cuenta como Moshé mandó a elegir a estos 70 hombres se nos dice que dos de ellos en vez de ir para donde él les dijo, se quedaron profetizando en el campamento. Estos hombres eran Eldad uMeidad (Eldad y Meidad). ¿Por qué ellos se quedaron allí? Por humildad, creían que no eran tan importantes ni sabios para cumplir la tarea que Ds y Moshé les habían fijado. Por este motivo Ds les agregó a su grandeza una doble grandeza. Los 70 elegidos profetizaron durante una hora, según nos dice el Talmud, pero estos humildes, Eldad uMeidad, se quedaron profetizando para siempre mientras que los otros ya no tuvieron esa capacidad después de aquella primera hora. Los sabios del Talmud se preguntan ¿Qué vieron en sus profecías? Algunos responden que vieron la muerte de Moshé y como Ioshua conducía al pueblo de Israel hacia la tierra prometida, otro sabio sugiere que vieron la batalla del fin de los días, la batalla de Gog uMagog que sería la antesala de la llegada del Mashiaj. 

La grandeza de los sabios: Lo que están a punto de leer es algo increíble, es una de las cosas más maravillosas que leí en el Talmud, espero que compartan la alegría conmigo. Rabí Kahana enseñaba que si todos los jueces, unánimemente, encuentran a una persona culpable, esa persona debe ser liberada, se la debe dejar ir (por un tiempo aunque sea). Sí, leyeron bien, si todos los jueces encuentran que una persona es culpable de una pena capital esa persona debe ser absuelta ya que los sabios enseñan que un juicio no debe concluir en el mismo día ni con rapidez para así dar tiempo a que se encuentren motivos para declarar a una persona inocente. Los sabios quieren a toda costa impedir que una persona sea declarada culpable y buscan artilugios para, siempre que puedan, declarar a una persona inocente. Los juicios no deben apresurarse y mucho menos cuando vamos a condenar a una persona. Para que la persona pueda ser culpable, nos dice el Rambam, debe haber algunos sabios que lo declaren inocente para que estos traigan pruebas de su inocencia y puedan convencer a los demás, sino convencen a la mayoría será culpable, pero siempre se debe esperar a que algún sabio trate de demostrar la inocencia del acusado. Increíble, no?

¿Quién debe ser elegido para el Sanhedrín? Rabí Iojanán nos dice que deben ser hombres de buena estatura, inteligentes, bonitos, de edad avanzada y que hablen más de 70 idiomas para que el Sanhedrín no necesite traductores y pueda escuchar y tomar testimonio de cualquier persona sin necesidad de un interprete ni de intermediarios (tengan en cuenta que el Talmud considera que había 70 naciones en el mundo, o por lo menos así lo extraen de la Torá, y que cada nación tenía su idioma). Rabi Iehudá en nombre de Rab nos trae un requerimiento más para ser electo juez: la persona debe poder probar con fuentes de la Torá que un reptil es puro. ¿Qué significa esto? Cualquiera familiarizado con el texto bíblico sabe que un reptil es absolutamente impuro, lo que los sabios del Talmud nos dicen es que la persona electa para ser juez debe tener la suficiente capacidad argumentativa y conocimiento de la Torá para probar, con la misma Torá, de que los reptiles pueden llegar a ser puros. Debe ser una persona sabia, que sepa de pilpul, que sepa argumentar, discutir, mantener su posición, debe saber la suficiente Torá para poder él mismo refutarla. Increíble, no? 

Adran Alaj Dinei Mamonot, así terminamos el primer capitulo del tratado de Sanhedrín!

viernes, 10 de febrero de 2012

Sanhedrín 16 - Menaanei Milei?

La Mishná declara, el Talmud indaga. La Mishná nos arroja certezas y definiciones precisas, el Talmud busca su origen, su significado y discute esas certezas. En nuestras primeras mishnaiot los sabios nos trajeron una gran cantidad de cuestiones que son juzgadas por tres jueces, por 23 jueces o como estamos viendo desde ayer, con 71 jueces, por el Sanhedrín Gdolá. El Talmud ante cada caso se pregunta ¿Por qué? ¿Por qué, por ejemplo, debemos juzgar a un "falso profeta" (Naví sheker) con el Sanhedrín Gdolá y no con el Sanhedrín Ktaná? Las respuestas son múltiples y variadas, siempre traen un versículo o más de uno de la Torá para argumentary justificar su decisión. La Guemará se lo pregunta de varias maneras como por ejemplo ¿Menaanei Milei? ¿Mena Lan? ¿Mena Anei Milei? Todas estas preguntas indagan por ¿de dónde proviene esto? ¿de dónde salen estas palabras? El Talmud no se apacigua con una declaración absoluta de la Mishná sino que trata de encontrar su raíz y fundamento. Así debemos comportarnos ante la vida, cuando alguien nos trae un absoluto, como lo hace la Mishná debemos ser como el Talmud, debemos preguntarnos y cuestionarnos, no quedarnos absortos frente a la verdad aparente. 

Sanhedrín Gdolá: En la parashá de esta semana, parashat Itró, se nos habla del consejo de Itró, el suegro de Moshé, para con el gran líder del pueblo de Israel. Moshé se fatigaba diariamente porque juzgaba al pueblo en soledad, sin un tribunal que lo ayude, por este motivo Itróle aconseja que llame a 70 sabios y que forme una gran asamblea, lo que hoy conocemos como el Sanhedrín Gdolá, compuesta por 71 sabios (el extra, era claramente Moshé). El Talmud nos cuenta que luego de la muerte de Moshé la gran asamblea ocupó su lugar. En nuestra parashá (Shemot 18) se nos cuenta que Moshé debía delegar las pequeñas cosas pero las grandes (el talmud las entiende como "las dificiles") las debía resolver él. Es por este motivo que cuestiones "pequeñas" o más bien "simples" y no trascendentales para todo el pueblo de Israel pueden ser juzgadas por consejos de jueces de 3 o 23, pero las cosas más importantes y trascendentes deben ser evaluadas por el Sanhedrín Gdolá, que en los tiempos de los Templos de Jerusalém ocupaban el lugar que había dejado Moshé. 

Ejemplos. Si había dudas si un profeta era un verdadero enviado de Ds o un falso profeta y por consiguiente debía ser muerto, esto debía ser resuelto por una corte de 71 sabios. Así también, a diferencia del resto de los hombres, si el Kohen Hagadol pecaba o si una persona erraba, y el pecado era base para una condena a muerte ésto era decidido por una corte de 23 jueces en el caso de un hombre común, pero al gran sacerdote debía juzgarlo una gran corte.

Rabi Eleazar se hace una pregunta interesante que ni la Guemará ni los exegetas logran solucionar. Si como vimos ayer (ver Sanhedrín 15) el toro que mata debe recibir el mismo castigo que su dueño y debe ser juzgado de la misma manera; el toro de un Kohen Hagadol que mata ¿debe ser juzgado por 23 jueces o por 71? La pregunta permanece abierta. Para otra de las cosas que necesitamos el aval de un Sanhedrín Gdolá es para salir a un Miljemet Reshut, una guerra voluntaria. Si Israel no sale a la guerra para defender sus fronteras o para conquistar la tierra especifica que Ds declaró que Israel debe poseer (esto sería una Miljemet Jová, una guerra obligatoria) y en cambio sale por ansias de poder, para conseguir más territorio o por otro motivo, se necesita que 71 jueces avalen la decisión del rey. Si alguien quería modificar o expandir la ciudad de Ierushalaim o su Templo debía contar con el aval del Sanhedrín Gdolá, nadie podía hacer cambios sin su permiso ya que la Torá declara que Ds le mostró a Moshe cómo se debían hacer los utensilios del Templo y así debían ser copiados. Al no estar Moshe y siguiendo el concepto que el Sanhedrín Gdolá lo reemplazó, sólo son ellos los que pueden permitir modificaciones en el Templo y en su ciudad. Cada tribu, según el Talmud, debía tener un Beit Din, ese tribunal debía ser apuntado por el Sanhedrín Gdolá ¿Por qué cada tribu debía tener su propio Beit Din? Ya que es una Mitzvá que la misma comunidad, la misma tribu, juzgue a su gente, juzgue a su pueblo. 

jueves, 9 de febrero de 2012

Sanhedrín 15 - Dinei Nefashot

Hasta ahora hemos analizado, discutido y pensado en torno a la primera sección de nuestra Mishná: los Dinei Mamonot, los juicios "comerciales y civiles". Ahora nuestra Guemará presenta una segunda sección, la de los Dinei Nefashot: los juicios capitales. Estos Dinei Nefashot, literalmente juicios de personas/almas, incluyen todos los casos en los cuales el veredicto del juez pueda acarrear la muerte de quién cometió el crimen. Estos casos son resueltos por el Sanhedrín Ktaná, la pequeña asamblea de jueces, que tiene 23 letrados. Al aumentar el número de jueces el Talmud intenta que sea cada vez más difícil que la mayoría vote para culpar a alguien y condenarlo a la muerte.

El toro que mata: La Guemará nos trae un caso interesante denominado. ¿Qué pasa con el toro que mata a una persona? ¿Quién es culpable? ¿el toro? ¿su dueño? ¿ambos? ¿por cuánto es condenado? El Talmud nos dice que tal como se sentencia a muerte a los amos, así hay que hacer con los toros. Siguiendo un versículo de la Torá nuestros sabios dicen que el toro domesticado que mata a una persona debe ser condenado a muerte por una corte de 23 jueces, por un Sanhedrín Ktaná, su dueño también debe ser condenado. Ambos son culpables por la muerte de un inocente, ambos, según el Talmud y la Torá deben asumir las consecuencias. 

Sanehdrín Gdolá. Si hablamos que el Beit Din tiene 3 integrantes (por lo general), el Sanhedrín Ktaná tiene 23, el Sanehdrín Gdolá tiene 71 jueces. Este es el máximo tribunal que sentencia los casos más extremos. Un ejemplo de los casos que juzga esta corte son los que involucran a todo un Shevet, todo una tribu. Si toda una tribu de Israel, o su gran mayoría, cometen idolatría o profanan el Shabat en público cada persona no es sentenciada de forma particular (lo cual involucraría un Sanhedrín Ktaná ) sino que es involucrada la corte de 71 miembros. Ellos deben decidir si todo ese grupo debe ser sentenciado a muerte por su pecado.

Mañana veremos otros ejemplos pero es importante resaltar que estos temas los estudiamos sólo con fines académicos, históricos y de sensibilidad espiritual mas nunca prácticos. Todos estos temas que trata el Talmud sobre las condenas a muerte no eran incluso aplicados en los tiempos en que fueron escritos. Los maestros de la Mishná no sentenciaban a la gente a la muerte pero ellos, al igual que nosotros, sentían que si la Torá estipulaba ciertas cuestiones nosotros estamos obligados a estudiarlas y así lo hacemos.   

martes, 7 de febrero de 2012

Sanhedrín 14 - Arifat Eglá

Antes de empezar nuestro estudio del día los invito a leer los siguientes versículos del libro de Devarim (Deutronomio) 21:1 "Si en la tierra que Adonai tu Ds te da para que la poseas, fuere hallado alguien muerto, tendido en el campo, y no se supiere quién lo mató, 21:2 entonces tus ancianos y tus jueces saldrán y medirán la distancia hasta las ciudades que están alrededor del muerto. 21:3 Y los ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde fuere hallado el muerto, tomarán de las vacas una becerra que no haya trabajado, que no haya llevado yugo; 21:4 y los ancianos de aquella ciudad traerán la becerra a un valle escabroso, que nunca haya sido arado ni sembrado, y quebrarán la cerviz de la becerra allí en el valle.... 21:7 y protestarán y dirán: "Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos lo han visto. 21:8 Perdona a tu pueblo Israel, al cual redimiste, oh Adonai; y no culpes de sangre inocente a tu pueblo Israel." Y la sangre les será perdonada."

En nuestra Mishná y ahora en nuestra Guemará se discute cómo debe hacerse el procedimiento conocido como Arifat Eglá, la acción de quebrar la cerviz de la becerra para expiar el pecado. La discusión vuelve a ser entre Rabi Iehudá y Rabi Shimón, el primero afirma que cinco jueces deben estar presentes para el acto mientras que el segundo dice que con tres es suficiente. La Halajá, según la codifica Maimonides, dirá que se necesitan cinco jueces, y no cualquier juez, para realizar este acto. Los cinco jueces que se necesitan deben ser parte del Sanhedrín Gdola, de la gran asamblea. 

Volvamos un poco. Esta Mitzvá de Arifat Eglá tiene su base, como ya vimos, en la Torá. La cuestión es la "libertad de culpas" la expiación por el error. Según la Torá todo derramamiento de sangre impurifica y hace "daño" a la tierra, la corrompe. Toda muerte debe ser saldada, todo culpable debe ser sentenciado. Las muertes no pueden quedar en el vacío ni en el olvido, las muertes deben ser saldadas. Se debe determinar el motivo de la muerte de una persona y por mano de quién. Psicológicamente, para poder hacer un duelo total también necesitamos, tal como prescribe la Torá, saber estos datos. En el libro de Devarim encontramos un caso de muerte particular. Una persona es encontrada muerta en el medio del campo sin saber la causa de su muerte, sólo se sabe que fue asesinado. Tal como dijimos antes, con toda muerte la tierra se desangra y se corrompe por lo cual hay que, de cierta forma, lavar las culpas. Por ese motivo, para determinar que ciudad debía "pagar por la muerte de aquel ser humano" los ancianos, que por el Talmud sabemos que son cinco y pertenecientes a la gran asamblea, deben medir la distancia entre el muerto y la entrada a la ciudad, la ciudad más cercana al cadaver se hará responsable de esa muerte. 


Para que la tierra no se pervierta y la muerte no quede impune la Torá prescribe esta Mitzvá conocida como Arifat Eglá, para expiar las culpas de aquella ciudad los sabios toman a una becerra y le rompen la cerviz clamando el perdón por la muerte de aquel hombre. 

lunes, 6 de febrero de 2012

Sanhedrín 13 - Smijat Jajamim

La Mishná nos decía que según Rabi Shimón la Smijat Zkeinim se hacía con tres jueces, mientras que Rabí Iehudá decía que se debía hacer con cinco. Esta "Smijat Zkeinim" que vendría a ser una especie de "apoyo de manos de los ancianos" se realizaba sobre un toro en el momento que el Sanhedrín cometía un error en su instrucción. Tres sabios de aquella asamblea debían no reposar sus manos sobre el toro sino ponerlas cerca de su cabeza y así expiaban su yerro. Luego el toro era ofrecido como sacrificio. 

Smijá: Los sabios talmúdicos, haciendo un paralelismo linguístico con el término "Smijat Zkeinim" llegan al término "Smijá". Se preguntan a qué se refiere esta palabra. Rabi Iojanán contesta: Mismaj Sabei, la apoyadura de manos de los sabios. El libro de Bemidbar (números) 27:22-23 relata:  "Y Moisés hizo como Ds le había mandado, pues tomó a Josué (Ioshua) y lo puso delante del sacerdote Eleazar, y de toda la congregación; y puso sobre él sus manos (Vaismoj et iadav alav), y le dio el cargo, como Ds había mandado por mano de Moisés." Cuando Moshé está a punto de morir consagra con esta "Hasmajá", esta apoyatura de manos, a Ioshua como su continuador. El Talmud nos relata que ininterrumpidamente desde los tiempos de Moshé hasta los tiempos de los sabios talmúdicos cada generación de rabinos confió la tarea de liderazgo a la siguiente generación. El paso de la autoridad de un rabino a otro se denomina Hasmajá, por aquel rito que realizó Moshé con Ioshua. El Talmud aclara que en realidad esta Hasmajáno es física ya que no es necesario poner las manos sobre la cabeza del nuevo rabino sino simplemente llamarlo en público "Rabí". De esta manera cuando un sabio reconocido le dice a otro "Rabi" lo habilita a este para ser juez, para enseñar la Ley. En realidad, cabe aclarar, para declarar a alguien "Rabi" se necesita del aval de tres rabinos, se necesita un Beit Din. 

Los romanos: En un momento de la historia, nos cuenta el Talmud, el imperio del mal (Roma) quiso exterminar a Israel. ¿De qué manera intentaron hacerlo? Cortando el lazo que unía a una generación con la otra, prohibiendo las "Hasmajot"(plural de Hasmajá). Los romanos prohibieron sobre pena de muerte la consagración de nuevos líderes y maestros, quién decidía dar Hasmajá a otro era asesinado y a la ciudad o a la aldea donde esta Hasmajá se era realizada, era destruida. 

No obstante, se cuenta la historia de un Rab cuyo nombre era Rab Iehudá ben Baba. Este sabio no quería que se pierda la transmisión oral judía que había venido desde los tiempos de Moshé hasta su generación pero tampoco quería ver destruídas las ciudades si el realizaba una consagración a un nuevo rabino. Por este motivo, evadiendo el dictamen romano, se fue al medio de dos ciudades y en sus limites le entregó la "Hasmajá" a cinco grandes figuras rabínicas. Entre ellos se encuentran los sabios Rabi Meir, Rabi Iehudá, Rabi Shimón y Rabi Iosí. Una vez que este sabio los consagró como sabios en Israel, como rabanim, escuchó que los romanos se acercaban. Le dijo a los flamantes rabinos: váyanse y esondanse. Iehudá ben Baba se quedó allí ya que por su vejez no iba a poder escapar. Allí murió como un mártir pero antes de su partida de este mundo logró la continuidad del pueblo de Israel. Desafiando a la muerte y a las autoridades romanas consagró a cinco nuevos maestros del pueblo de Israel, sabios que continuaron la tarea que comenzó con Moshé hacia Ioshua y que llega hasta nuestros días. 

De generación en generación, de maestros a alumnos, se va pasando y consagrando a una nueva serie de lideres del pueblo judío, tal como se hizo hace 3200 años en el desierto cercano a la tierra de Israel, se hace en nuestros días. BH en unos años tenga el mérito de recibir la "Hasmajá" la ordenación rabínica por parte de mis maestros. Por ahora, a seguir estudiando. 

domingo, 5 de febrero de 2012

Sanhedrín 12 - Hijot Pesaj

Nuestra Guemará sigue, como suele hacerlo, siendo bastante meticulosa. En el folio que hoy debemos estudiar la Guemará presenta diferentes requerimientos para poder hacer el "Ivur Hashaná". Uno de los puntos principales es que no se puede duplicar cualquier mes. Recordemos que el Ivur Hashaná funciona agregando un mes de 29 días a los doce meses tradicionales que tiene el calendario hebreo. En primer lugar se nos dice que nunca, bajo ningún motivo, se puede agregar un mes antes de Rosh Hashaná pero luego el Talmud es mucho más estricto, el único mes que se puede duplicar es el mes de Adar. En los años embolismales, este es el nombre que recibe un año al cual se le agrega un mes, el mes que se agrega es el mes de Adar. Como nota al pie podemos señalar que en el año con Adar I (א) y Adar II (ב) (como fue el último año - 5771 -) es el primero el que se agrega y no el segundo, por eso festejamos Purim que cae el 14 de Adar en lo que conocemos como Adar II. Se agrega este mes porque es el que precede inmediatamente a Pesaj y es por Pesaj, la fiesta de la primavera y la cosecha, que se agrega un mes al calendario. La fiesta de la primavera siempre debe caer al principio de la primavera. 

Hiljot Pesaj: Al discutir este tema nuestra Guemará dice que Purim cae justo 30 días antes de Pesaj, ya que Pesaj empieza en la noche del 14 de Nisan y Purim, como ya dijimos, se celebra al comienzo del 14 de Adar. Aquí el Talmud nos trae una gran enseñanza que deberíamos todos poner en practica. "Shoalim Behiljot Pesaj Kodem Lepesaj Shloshim Iom" (Debemos comenzar a estudiar las leyes de pesaj treinta días antes de Pesaj). Otro maestro, Rabi Shimón dice que debemos hacerlo tan solo dos semanas antes, pero la Halajá no queda como él. ¿Por qué tanto tiempo antes? Pesaj es la fiesta con más leyes de todo el calendario hebreo, es en la que debemos ser más meticulosos con el cumplimiento de sus mitzvot. En el medio de la felicidad de Purim, de la alegría, debemos comenzar a preocuparnos y a ocuparnos por el Pesaj que vendrá. En medio de la celebración por el cambio de suerte de los judíos en los tiempos de Amán debemos recordar la liberación de Egipto y así comenzar a estudiar sus leyes. Las halajot de Pesaj son complejas y detalladas. En especial debemos poner atención en cómo debemos desarrollar nuestro seder, estar atento a los pasos y a como debemos cumplirlos. No obstante las halajot más importantes son en torno al Jametz, nada de harina leudada debe quedar en nuestros hogares. Debemos hacer una búsqueda exterior y una búsqueda interior sobre lo que sobra, sobre lo superfluo de nuestras vidas. Debemos buscar aquello leudado que hay en nuestro ser y en nuestro hogar. Debemos comenzar a pensar sobre Pesaj un mes antes que llegue la noche de la libertad. Los invito desde este Purim a que diariamente podamos estudiar al menos una halajá de Pesaj. 

viernes, 3 de febrero de 2012

Sanhedrín 11 - Ivur Hashana y Busha

La Mishná nos cuenta que para el "Ivur Hashaná" se necesitan tres jueces, otros sabios dicen que se necesitan siete jueces designados para este propósito. Vamos por partes: ¿Qué es el Ivur Hashaná? El calendario hebreo es un calendario luni-solar, el cual se rige casi en un 90% por la luna pero tiene algunas correcciones que se ajustan por el sol. El calendario hebreo tiene 12 meses pero cada tanto tiempo, hoy en día se da 7 veces cada 19 años (cada dos o tres años) se agrega un nuevo mes, por lo cual pasamos a tener trece meses. El mes que se agrega es Adar. ¿Por qué se hace esto? Por como se nos dice en nuestra Guemará para que la primavera y sus frutos caigan siempre en el tiempo correcto del calendario. Aviv, la primavera, es uno de los nombres que recibe Pesaj y esta fiesta siempre debe caer al inicio de la primavera y para esto se necesita cada cierto tiempo intercalar un nuevo mes ya que con 12 meses de 29 días hay un corrimiento anual de unos, aproximadamente 16 días por la rotación de la tierra con respecto al sol. Si no haríamos el Ivur Hashaná Pesaj, podría caer en algún momento en verano o incluso en invierno. Hoy en día, tenemos un calendario hebreo eterno que estipula cuándo se debe intercalar este nuevo mes pero en los tiempos del Talmud eran los sabios, y específicamente el Nasí, quién tenía que determinar si se debía o no intercalar un mes más al año. 

La vergüenza: El Talmud determina que mediante el testimonio de siete, y sólo siete, testigos se debe decretar el Ivur Hashaná. Se cuenta la historia que Rabán Gamliel manda a llamar a siete personas para que determinen si se debe o no intercalar un año pero finalmente suben ocho personas. En un momento se dan cuenta de que hay un hombre de más y dicen "el que subió sin permiso que baje", Shmuel HaKatán asume la culpa y baja (para determinar cuestiones del cosmos subían a una colina para observar mejor el cielo). Luego de un tiempo le preguntan si él fue el que se equivocó y subió sin permiso y él contesta que no, que lo hizo para que quien lo había hecho no sienta vergüenza. Y esta es la cualidad de un jasid, de un piadoso, como lo fue Shmuel HaKatán, que antepone su nombre para que otro no sienta vergüenza por su equivocación. 

Otra historia: En relación a lo anterior se cuenta que cierta vez en la casa de estudios en el Beit Hamidrash, a alguien se le escapa un pedo (disculpen el lenguaje pero no conozco otro y así lo dice la guemará). Alguien que había comido ajo, al parecer, apestó todo el lugar. El Rab que estaba dando la lección dice que quien haya comido ajo debe abandonar la sala, Rabi Jía se levanta y se va. Al otro día un sabio se encuentra con Rabi Jía y le pregunta si el era el que había comido ajo y el contesta "que no haya alguien así en Israel", significando que el nunca comería ajo. ¿Por qué lo hizo? Para no poner en vergüenza a quien lo había hecho sin intención. 

La última historia: Se cuenta que Rabi Jía aprendió esta actitud de Rabi Meir quién la aprendió de Shmuel HaKatán y él de otro personaje de la Mikrá y este último lo aprendió o bien de Ioshua o bien de Moshe. ¿Cuál es la historia de Rabi Meir? Un día, una muchacha va hacia su casa de estudio y dice que un hombre la desposó a través de sexo (una de las formas de "adquirir" a una mujer es a través de una relación sexual leshem kidushin, en nombre del casamiento). Inmediatamente Rabi Meir le escribe una carta de divorcio y se la da, lo mismo hacen todos sus alumnos. Es obvio que Rabi Meir no era el que había cometido el hecho pero para no poner en vergüenza a alguno de sus alumnos el da el primer paso, que luego es imitado por los demás, y le entrega la carta de divorcio. A partir de ésto, la mujer queda libre para casarse con otro hombre ya que alguna de todas aquellas cartas de divorcios era la "verdadera", aunque nunca se sabrá de quién fue. Estas historias nos enseñan una midá, una cualidad, de los piadosos. Los jasidim anteponen su nombre y su persona frente a la vergüenza de los demás. No dejan que otro hombre pase vergüenza si ellos pueden evitarlo.