jueves, 31 de enero de 2013

Kidushin 13 - Juego de niños

Cuando era más chico, durante la primaria, recuerdo alguna vez haberle quitado algo a alguna chica y decirle que se lo devolvía si me daba un beso. Creo no haber sido el único. Al parecer esta extraña costumbre es tan antigua como el propio Talmud. En esta ocasión los sabios nos relatan que una mujer estaba vendiendo seda en un mercado. Un hombre pasa por allí y le arrebata la seda de la mano. La mujer, enojada, le pide que le devuelva lo que sin permiso le quitó. El hombre le dice "si te lo devuelvo ¿te casas conmigo?". La mujer se queda callada y toma la seda nuevamente. Ahora bien ¿Queda esta mujer desposada por medio de esta acción? Rab Najman sugiere que sí. Aquel juego de niños puede terminar en un casamiento. Sin embargo su enseñanza no concluye ahí, el mismo sugiere que incluso si alguien desposa a una mujer con algo robado o con algo hurtado el matrimonio es válido. Los sabios medievales al codificar esta halajá advierten que si la persona que fue robada o hurtada ya perdió las esperanzas de recuperar aquel objeto (hizo Ieush) el casamiento es valido mas si la persona no hizo todavía el Ieush, la "desesperanza", entonces el casamiento no tiene validez.

El Talmud, en esta página comienza a cerrar una parte de la Mishná, al comentar que tal como la mujer es adquirida por un hombre por medio de tres formas ella se adquiere a si misma, vuelve a tener control de su vida y de sus tiempos, por medio de dos mecanismos. A través de un divorcio y a través de la muerte de su marido. Si una mujer es divorciada o queda viuda la mujer vuelve a ser dueña de sus tiempos y ya no "pertenece", al menos legalmente, a su marido.

Para cerrar este pequeño comentario resalto un detalle hermoso que surge casi de casualidad. El Talmud nos cuenta que cuando Rab Asi murió todos sus alumnos subieron y se reunieron para recitar nuevamente todas sus enseñanzas, de forma oral, para que las mismas no sean olvidadas y se pierdan en la abismo de la historia. La forma que sus alumnos encontraron para honrar a su maestro y a su Torá, fue reunirse presurosamente luego de su muerte para recordar cada una de sus enseñanzas y guías. Una hermosa forma de honrar la vida de un sabio: manteniendo viva su llama a través de su Torá.

miércoles, 30 de enero de 2013

Kidushin 12 - Los castigos de Rab

Todos nosotros conocemos rabinos que se irritan fácilmente y otros que nada los puede alterar. Conocemos a los que dicen que sí a todo y a los que a casi todo dicen que no. Diferentes estilos de rabinos existieron en toda la historia del pueblo judío. Hillel y Shamai, dos de los fundadores del judaísmo rabínico, tenían dos formas muy diferentes de aplicar la ley. Esto se debía a que tenían dos formas muy diferentes de entender el mundo. En el último post indicamos que según Shamai había que pagar un Dinar para contraer matrimonio. Esta era una suma considerable de dinero y no cualquier hombre disponía de esa cantidad. Uno de los motivos principales que los sabios entendían que tenía Shamai para esta postura era para que las mujeres de Israel no sean de "fácil adquisición", él quería que los hombres se esfuercen a la hora de desposar a una mujer. No obstante para Hillel tan solo con una Prutá alcanzaba. Los sabios del Talmud no tienen idea exactamente cuánto vendría a ser una Prutá pero incluso un sabio, Rab Iosef, piensa que una Prutá es una moneda pequeña de cualquier valor. Esto quiere decir que para Hillel hasta con la moneda de menor valor se puede desposar a una mujer. El Talmud, por lo menos hasta nuestro Daf, no da motivos para la posición de Hillel pero podemos sospechar, conociendo a este personaje, que al imponer una suma tan pequeña para contraer matrimonio buscaba que cualquier hombre, sin importar su estatus social o su posición económica  pudiera desposar a una mujer. Buscaba quizás que el dinero no fuera una barrera. 

Y si de rabinos intolerantes y severos estamos hablando debemos conocer a Rab. Rab, según nos cuenta el Talmud, era un rabino con pocas pulgas y solía castigar (con azotes, Makot Mardut) a muchos judíos que sin quebrar la ley transgredían la "norma". Es decir que si bien se mantenían dentro de los cuatro codos de la halajá su comportamiento no era el correcto, no se comportaban de forma ética. Veamos algunos de los casos por los cuales Rab se enojaba y castigaba:

  1. A los hombres que desposaban a su mujer en el Shuk. Rab criticaba aquellos hombres que tomaban por esposa a su mujer en el mercado. Esto era considerado como una forma despectiva y denigratoria de casarse. Este es el motivo por el cual esta enseñanza de Rab es citada en este contexto ya que se habla de ciertas personas que desposaban a sus mujeres con algodón o con hojas de mirto en el mercado. Estas mercancías valían menos que una Prutá por lo cual el matrimonio estaba en duda. Y además de esto en la visión de Rab era de mal gusto, si bien permitido por la ley,  casarse con una mujer en un lugar tan vulgar como un mercado. 
  2. A los hombres que desposaban a su mujer a través del sexo. Hemos aprendido que una de las tres formas de casarse con una mujer era a través del acto sexual, sin embargo, aunque esta forma esta contemplada por la halajá, Rab lo considera una inmoralidad ya que para concretar ese matrimonio la pareja tiene que tener sexo con testigos. Debe haber testigos que atestigüen que la pareja mantuvo relaciones "en nombre del matrimonio". Y al parecer esta actitud de que haya gente mirando mientras uno tenía relaciones atentaba contra la conducta moral de la época de Rab. Imaginamos que en la nuestra también. 
  3. A los hombres que desposan a la mujer sin Shidujin. Antes de casarse con una mujer el hombre, se supone debe primero conocer a aquella mujer, a su familia, y recién ahí pactar la fecha del casamiento. El acto de encuentro y de arreglo del casamiento se denomina "Shidujin", y según muchos sabios este es un prerequisito ineludible para que el matrimonio sea válido. En tiempos donde las parejas, muchas veces no se conocían antes de casarse, este principio tenía mayor vigencia mas hoy en día en nuestros circulos liberales todas las parejas se conocen antes de la noche de bodas.
  4. A los hombres que anulan los divorcios. Si bien la halajá permite que un hombre anule el divorcio que un mensajero le estaba por entregar a su mujer Rab castiga esta actitud ya que el mensajero podría no enterarse de que el hombre anulo el divorcio y cuando se lo entrega a la mujer la misma piensa que quedó divorciada. Como consecuencia de esto va y al casarse con otro hombre y al tener hijos está cometiendo grandes transgresiones ya que técnicamente como el hombre había anulado el documento de divorcio ella todavía estaba casada.  
  5. A los hombres que maltratan a los mensajeros de los sabios. Rab insistía que molestar, burlarse o maltratar al emisario de un sabio era como maltratar al sabio mismo.
  6. A los hombres que luego de recibir un Nidui no pedían perdón. En la antigüedad una de las formas de castigo comunitario era el Nidui, una expulsión temporal de la comunidad. La persona que recibía el castigo por sus transgresiones no podía tener relaciones comerciales con ningún judío de aquella ciudad ni tampoco podía formar parte del Minian. Rab critica a las personas que habiendo recibido este castigo, al cabo de 30 días, no se acercan ante un tribunal para pedir perdón. Mostrando así que este era simplemente un "castigo correctivo", la persona debía mostrar arrepentimiento por sus acciones e inmediatamente volvía a ser incluido en la comunidad. 
  7. A los yernos que vivían en la casa de sus suegras por treinta días. Al parecer en la antigüedad era común, sino esta advertencia no existiría, que los yernos habiten en la casa de su suegras por un tiempo. Rab condena esta actitud ya que como comenta Rashí es posible que ambos terminen acostándose  Esta realidad quizás sorprenda a más de un contemporáneo por las relaciones - no muy cordiales - que uno entabla con sus suegras mas los sabios del Talmud intuyen que uno puede llegar a querer acostarse con ellas si vive bajo un mismo techo por un periodo extenso de tiempo. Por las dudas no lo prueben. 

lunes, 28 de enero de 2013

Kidushin 11 - ¿Dinar o Pruta?

La primera Mishná de Kidushin afirma que la mujer puede ser "adquirida" a través del dinero. Sin embargo hay una disputa entre Beit Shamai y Beit Hillel sobre la cantidad de dinero que uno debe disponer para desposar a una mujer. Shamai dice que es un Dinar (una suma importante de dinero) e Hillel dice que con una Pruta (una cantidad muy baja de dinero) alcanza. Lo que discutirá nuestra Guemará en el Daf de hoy serán las razones de Beit Shamai para exigir un Dinar como mínimo para desposar a una mujer. En el próximo post veremos cuales son los motivos de Hillel. 

El tema del dinero y las medidas del Talmud es un tema complejo y es un mundo en sí mismo. Es una realidad muy diferente a la nuestra con mediciones y pesos disimiles por lo cual comprender ese mundo es demasiado arduo; sin embargo debemos adquirir algunas nociones básicas que el Talmud nos ofrece para comprender este escenario. Lo primero que debemos saber es que un Dinar es una suma de dinero mucho mayor a una Pruta. Lo segundo que debemos tener en cuenta es que según los sabios del Talmud existía una moneda, o tipo de cambio, que se denominaba Kesef Tzori que era todo aquel que era expresado por la Torá. Todos los pagos que se debían hacer basados en la Torá, como la redimir a un primogénito o una multa por violación, se debía hacer con aquel dinero. Mientras que toda imposición de los rabinos se debía hacer con Kesef Medina que eran las monedas de circulación de la época y que hacían referencia en porcentajes al Kesef Tzori. Hasta aquí lo técnico. 

Veamos ahora sí, al menos, algunas de las razones que los sabios talmúdicos encuentran que se ajusta al razonamiento de Shamai. El primero lo expresa Rabi Zeira y dice que Shamai exige una cantidad importante de dinero para que las mujeres se "cuiden" a sí mismas. Si las mujeres tienen un buen concepto de ellas mismas no se van, según esta posición, a dejar "adquirir" por poco dinero sino que van a exigir lo que les corresponde. Esta visión tiene un problema, como lo refleja el Talmud, si estas mujeres tienen una gran estima de sí mismas y piensan que "valen" millones de dolares, si alguien les da menos que eso pero más que un Dinar ¿el matrimonio sería valido? 

Otro de los argumentos que esgrime el Talmud es que tal como una esclava no puede ser adquirida por una Pruta (la suma de dinero exigida por Hillel) mucho menos uno podría tomar a una esposa por esa cantidad tan reducida de dinero. Por último, y el argumento que más me convence de Shamai, es el que sugiere Raba. Este sabio dice lo siguiente: para que las mujeres de Israel no sean como Hefker. El hefker, en términos rabínicos, es un objeto que no es poseído por nadie y que es de fácil adquisición. Por ejemplo si yo quiero desprenderme de un mueble lo dejo en la vía pública y declaro que es Hefker este mueble puede ser tomado por cualquier persona, sin siquiera pagar un centavo, y llevarselo a su hogar. Lo que afirma Raba, suponiendo entender las razones de Beit Shamai, es que una mujer no puede ser igual a un objeto sin valor, a un objeto que cualquiera de una forma muy sencilla puede adquirir. Lo que plantea Shamai, en este sentido, es que si uno quiere casarse con una mujer uno debe esforzarse y "pagar" lo que "la mujer vale". Pensar el matrimonio en términos comerciales y a una mujer como un objeto es increíblemente complicado desde nuestra óptica del siglo XXI; no obstante debemos rescatar el valor simbólico de la palabra de los sabios. Una mujer vale su peso en oro, si un hombre quiere tomar a una mujer debe esforzarse por conseguir lo que esa mujer vale para él; y de seguro eso no son unas simples monedas sino una buena cantidad de dinero. 

No obstante mañana veremos los también muy buenos argumentos de Hillel para justificar que una mujer puede ser adquirida por muy poca plata. 

domingo, 27 de enero de 2013

Kidushin 10 - Sobre el sexo anal y las eyaculaciones

En el último Post comentamos las últimas dos “formas” para concretar el matrimonio. La última en ser mencionada fue la relación sexual. A través de un encuentro sexual si el hombre tiene intenciones de desposar a aquella mujer y esta mujer tiene conciencia de lo que implica aquella relación, el matrimonio queda consumado. Ahora bien ¿Qué entiende el Talmud por relación sexual? 

¿El sexo anal es considerado como sexo a los fines de sacralizar el matrimonio? Los sabios del Talmud, por supuesto, se encuentran divididos al respecto. Algunos afirman que el sexo anal es tan válido como una relación sexual “normal”; otros, por lo contrario, afirman que la mujer no pierde su virginidad a través de este encuentro. No obstante la halajá toma posición e indica que un hombre si tiene relaciones anales con una mujer con las intenciones de desposarla, esta aunque siga siendo “técnicamente” virgen es considerada su esposa. Un detalle interesante: la forma talmúdica de referirse a una relación sexual “normal” es KeDarká - por su camino – mientras que cuando quiere hacer referencia al sexo anal o podríamos también imaginar al sexo oral la denomina Sheló Kedarká – no por su camino –. O sea hay un camino tradicional pero también son aceptados “otros caminos y otras rutas” para consumar una relación sexual. 

Ahora bien, la siguiente pregunta ¿Qué es considerado una relación sexual? La Torá simplemente nos dice: Cuando un hombre se “acueste” con una mujer. Como sabrán los sabios del Talmud son muy meticulosos con las palabras de la Torá y como buenos legisladores deben definir qué es exactamente una relación sexual. La pregunta exactamente es ¿Cuál es la relación sexual que “adquiere” (a la mujer)? ¿El comienzo de la relación o su fin? En otras palabras: ¿Se considera que una mujer queda desposada cuando tan solo el hombre ingresa su miembro en el miembro de ella, o bien, se considera a la mujer casada cuando el hombre eyacula dentro de la mujer? 

La sola penetración del miembro masculino en la vagina se denomina Heerá y la eyaculación al interior del cuerpo de la mujer se la denomina Gmar Bíá. Los sabios analizan de una manera extraña ambos casos para decidirse cuál de las dos situaciones casa efectivamente a una mujer. Si dicen que la mujer queda desposada simplemente a través del Gmar Bíá llegado el caso de que este hombre esté teniendo relaciones con esta mujer y todavía no eyaculó puede venir otro hombre y entregarle un anillo y desposar a aquella mujer (sí, este ejemplo por más alocado que parezca aparece en el Talmud). Y más aún si consideramos que una mujer queda desvirgada por la sola penetración del miembro (Heerá) entonces un Cohen (que sólo puede casarse con vírgenes) no puede a través del sexo (que debe ser Gmar Bíá) desposar a una mujer porque si este es el caso él cuando eyacule – y adquiera a esa mujer – la misma ya técnicamente no sería virgen por lo cual no puede casarse con un Sacerdote.

Finalmente luego de una ardua discusión el gran sabio Raba dice lo siguiente: todo aquel que se acuesta piensa en eyacular (Daató Al Gmar Biá). Lo que dice Raba es lo que nuestro sentido común nos dice. Cuando uno piensa en tener una relación sexual piensa en eyacular y no simplemente “penetrar”. Por este motivo, sintetiza la halajá, la mujer sólo queda desposada una vez que el hombre acabe su relación sexual. 

Ahora, y simplemente para concluir, este es un ejemplo como el Talmud no tiene pruritos ni vergüenza. No hay temas tabúes ni temas prohibidos. Todo, como todo es parte de nuestras vidas, es un tema posible de discusión. El sexo es un elemento constitutivo de la naturaleza humana y como tal debe ser elevado y sacralizado a través de los mandamientos y las prescripciones religiosas. Estos son sólo algunos de los ejemplos que encontramos en el Talmud.

sábado, 26 de enero de 2013

Kidushin 9 - Shtar y Biá

Hasta aquí vinimos estudiando el primero de los tres caminos por los cuales un hombre “adquiere” a una mujer: el dinero. Esta forma es sin lugar a dudas la que hasta nuestros días tiene más preponderancia y es la manera habitual de casarse en todas las comunidades de Israel, simbólicamente representado en un anillo. No obstante como bien recordarán existen otras dos maneras de contraer matrimonio y en nuestro Daf el Talmud someramente repasará los lineamientos y pautas generales para casarse según estos dos caminos. Vayamos a estudiarlos. 

Shtar. ¿Cómo se realiza el casamiento a través de un documento (Shtar)? El hombre debe escribir sobre un papel o un pedazo de arcilla la misma fórmula que diría oralmente a la hora de pedirle matrimonio a una mujer y entregarle el dinero “como forma de pago”: Harei At Mekudeshet Li – vos estás desposada para mí. Si la mujer todavía es una Ketaná, una menor de edad, esto mismo se lo debe escribir el hombre al padre: tu hija está desposada para mi. 

Algunos datos a tener en cuenta sobre este Shtar. El mismo, tal como el documento de divorcio, debe estar escrito Lishmá – en nombre de la mujer que uno quiere desposar. En este sentido uno no puede tener en su estante muchos papeles con esta fórmula tradicional y luego entregarlas a diferentes mujeres. Ellas, llegado el caso, no quedan desposadas y el casamiento no es válido. La escritura del documento debe estar intencionada y dirigida a una única y particular mujer. Otro dato más: la mujer debe dar su consentimiento para que el matrimonio sea válido. No importa solamente que el hombre le entregue el documento a la mujer sino que la mujer debe aceptarlo por propia y libre voluntad. 

Bíá. ¿Cómo se realiza el casamiento a través de la relación sexual (Bíá)? La última forma para consagrar a una mujer en matrimonio es a través del sexo. Esto lo aprenden los sabios de Deutronomio 22:22: "Si alguien es sorprendido acostado con una mujer casada y con marido, ambos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer también. Así extirparás el mal de Israel.” La forma que tiene el texto bíblico de referirse en este caso a una mujer casada es “Beulat Baal” (una mujer acostada con su marido/dueño). De esta manera los sabios entienden que el hombre se hace Baal (marido) a través de la Beilá (relación sexual). Ambos términos, como pueden apreciar, también comparten la misma raíz. 

Extra: Hiljeta Ninu, Veasmjinu rabanan akrei – Así dictaminaron la halajá los sabios mas le pusieron una fuente bíblica como apoyatura. En el medio de una discusión en nuestro Daf aparece esta aseveración de los sabios amoraitas. Este interesante comentario nos sugiere que muchas veces los sabios de Israel no extraen las halajot o las leyes directamente de un versículo bíblico sino que a través de la tradición oral se fue generando cierta ley o práctica, sin ninguna apoyatura en la Ley escrita, pero que sin embargo mucho tiempo después los Sabios para darle valor y peso a sus palabras decidieron buscar un versículo de la Torá que acentuará o sugiriera de cierta manera lo que ellos estaban planteando.

jueves, 24 de enero de 2013

Kidushin 8 - El pago mínimo

La primera Mishná del tratado de Kidushin, aquella que venimos discutiendo y comentando hace días, nos enseña que el pago mínimo para contraer matrimonio es de una Prutá. No sabemos exactamente cuánto dinero representaría una Prutá en nuestros días pero a los fines prácticos digamos que son unos 100 dólares. Por lo cual si un hombre le da 50 dólares a una mujer para casarse con ella el matrimonio no es válido porque no llega a la suma mínima requerida por la ley. Ahora bien, la Mishná también nos dice que puede ser una Prutá o Shave-Prutá, algún objeto que tenga el valor de una Prutá sin serlo. Por ejemplo si un anillo de oro de tantos gramos vale 100 dólares la mujer queda desposada con ese anillo, sin el hombre tener la necesidad de darle dinero en efectivo a ella. 

El tema surge en nuestro Daf cuando se nos cuenta que un hombre desposó a una mujer entregándole, no dinero, sino ropas de seda. La conclusión a la que llega la Guemará es como que de seguro cualquier prenda de seda supera por mucho a una Prutá la mujer queda desposada. Siguiendo esta lógica, aunque suene poco romántico, hoy sabemos que todas las computadoras superan con creces el valor de los 100 dólares por lo cual si un hombre le da a una mujer una computadora y le dice: “tu estás desposada para mí”, el matrimonio es válido. Los sabios medievales, no obstante, sugieren que uno puede entregar un objeto que su suma o su valor sea conocido por todos, y que sea de público conocimiento que aquello que entrega tiene un valor igual o mayor que una Prutá. Llegado el caso que no se sepa el valor del objeto que un hombre le entrega a una mujer el mismo debe ser evaluado para asegurarse que llegue al valor mínimo.

miércoles, 23 de enero de 2013

Kidushin 7 - Medio hombre y media mujer

Todos habrán escuchado formas extrañas de proponer matrimonio pero fórmulas tan frías como las que leerán en unos momentos tengo la intuición que nunca han escuchado nada igual. El Talmud trae muchos casos de cómo un hombre puede desposar a una mujer a través del dinero pero no de la forma tradicional, esta es, que él le dé una suma de dinero a ella y le proponga matrimonio. Veamos dos de estos casos simplemente para darnos una idea de que en la antigüedad, al parecer, el matrimonio se movía bajo otros valores y conceptos diferentes a los contemporáneos. Verán que el amor poco tiene que ver en el asunto.

Simplemente el matrimonio era, en algún sentido, una transacción económica más. Vayamos con los casos: Si una mujer le dice a un hombre “dale x cantidad de plata a fulano y yo me casaré contigo”, si el hombre así lo hace y luego dice “tu estás desposada para mí a través del dinero que di siguiendo tus palabras”, la mujer queda desposada. Y otro caso aún más extraño. Si una mujer le dice a un hombre “dale x cantidad de plata a fulano y yo me casaré con él” y este otro hombre dice “tu estás desposada para mí con la plata que recibí por tu voluntad”, el matrimonio es válido. Como verán lo importante en este sentido, muy a nuestro pesar, no es el amor o la sacralidad del matrimonio sino que técnicamente se cumplan los requisitos del pago para “adquirir” a una mujer. 

Un caso interesante. Si un hombre le dice a una mujer: “cásate con mi mitad”, el matrimonio es válido. Sin embargo si el hombre dice “tu mitad está consagrada para mí”, el matrimonio es invalido. ¿Por qué esta diferencia? ¿Por qué una mujer se puede casar con la “mitad” de un hombre y un hombre no se puede casar con la “mitad” de una mujer? La primera respuesta de los sabios es que la Torá dice: cuando un hombre toma a UNA mujer – y no a media mujer! Sin embargo inmediatamente esta opinión es anulada porque allí en Devarím 24:1 también dice: cuando UN hombre toma a una mujer – y no medio hombre. La respuesta finalmente será una respuesta de época, una respuesta pragmática y cotidiana. El Talmud dice: uno nunca vio a una mujer casada con dos maridos (es decir “dividida” en dos partes) sin embargo uno si ve en el día a día un hombre casado (es decir “dividido”) con varias mujeres.

martes, 22 de enero de 2013

Kidushin 6 - Diversas formulas

Si bien la fórmula tradicional para desposar una mujer es: Harei At Mekudeshet Li – tu estás consagrada para mi; el Talmud sugiere una variedad de otras fórmulas posibles para contraer matrimonio. Lo importante es que la mujer siempre comprenda la significación de las palabras del hombre. Si él le dice: tú eres para mí (cualquier semejanza con una canción es mera coincidencia) dentro del contexto de una conversación sobre el matrimonio ella está desposada; sin embargo si esto lo dice el hombre en cualquier contexto y la mujer no se da aludida sobre la significación que estas palabras tienen, entonces el matrimonio no se concreta. Otras de las formulas (un poco misóginas) que sugiere como válidas el Talmud son: tu estás bajo mi propiedad, tu eres mi adquisición, tu me perteneces, etc. 

Lo que planteábamos hace unos instantes lo vuelve a retomar el Talmud para darnos una gran lección: si estamos hablando de un tema, y ambos entendemos de qué estamos hablando, muchas veces no hace falta explicar ni desarrollar de más. En este sentido si un hombre y una mujer están hablando sobre matrimonio, o eventualmente sobre un divorcio, y el hombre le da un anillo a la mujer, sin siquiera decir nada, el matrimonio es válido ya que la mujer comprende por sí misma la significación que tiene aquella acción en aquel contexto. Si la conversación deriva a otros temas y la mujer no da cuenta de la significación de aquel acto entonces el matrimonio no es válido. Y en este sentido los sabios del Talmud traen un hermoso adagio que dice lo siguiente: MeYnián LeYnián beOtó Ynián – de un tema a otro tema dentro del mismo tema. Lo que quieren decir los sabios es que muchas veces comenzamos a hablar de algún asunto, en este caso el matrimonio y luego saltamos a otro tema semejante – como puede ser los preparativos necesarios para una boda o para la convivencia de una pareja – pero siempre nos encontramos dentro del mismo tema. Muchas veces vamos de un tema a otro tema sin salirnos del tema. Espero que este tema haya sido entendido!

El tema del matrimonio es un tema sensible. La sexualidad y la unión de dos seres humanos no es un tema menor y mucho menos para las culturas bíblicas y rabínicas; muchas prohibiciones y tabúes existen al respecto. Hay muchas personas que no se pueden casar las unas a las otras como por ejemplo un Sacerdote con una divorciada. Por este motivo y para evitar errores y matrimonios invalidos el Talmud sugiere que quien no es experto en temas de Guitin (divorcios) y Kidushin (casamientos) no se meta en estos asuntos. Por eso nunca está demás aclarar que yo no soy ningún experto al respecto sino que simplemente estudio y trato de compartir algo con todos ustedes. Nada de lo que aquí figure debe ser tomado como halajá.

domingo, 20 de enero de 2013

Kidushin 5 - Harei At Mekudeshet Li

Hay tres caminos y no cuatro para adquirir una mujer. Si la Mishná dice que hay tres formas diferentes de adquirir una esposa (Dinero, Documento o relación sexual) no puede haber un cuarto camino. Esto mismo enseña el sabio amoraita Raba en contraposición a la opinión del sabio Rab Huna. Este útimo sostenía que la Jupá en sí misma es una forma de consagrar a una mujer en matrimonio. Raba lo que sostiene es que si la Mishná dice que hay tres caminos para adquirir a una mujer y no nombra a la Jupá entonces ésta nunca puede ser una forma de realizar el casamiento de forma acabada. Sostiene que efectivamente es un paso pero que ese paso sin los Kidushin previos no consagra a una mujer en matrimonio. 

Ahora bien ¿Qué es una Jupá? ¿Cómo es una Jupá? Hoy día si le preguntan a cualquier judío que es una Jupá les dirán que es el famoso palio nupcial. El Talmud no aclara a qué hacen referencia cuando hablan de una Jupá. Los sabios medievales discuten sobre qué es entonces una Jupá. Algunos dicen que efectivamente es el palio nupcial. Otros dicen que es el momento en que luego de realizarse los Kidushin la pareja se reúne a solas por primera vez (Ijud) y por último otros sostienen que es ese momento en el cual el novio cubre a la novia bajo su Talit, simbolizando así el comienzo de un nuevo hogar en el pueblo de Israel. 

La forma tradicional. Todos los que fuimos a algún casamiento judío estando también muy avezados es las películas hollywodenses pudimos observar que en ningún momento el novio o la novia dicen el famoso: “Sí, acepto”. Esa no es la fórmula tradicional que en la comunidad de Israel se utiliza para consagrar a un matrimonio. Para hacer efectivo un casamiento, a través del camino del “dinero” (Kesef) se deben realizar dos acciones: el hombre le debe dar a la mujer una suma “x” de dinero y decir luego “tu estas consagrada para mí” (Harei At Mekudeshet Li). Estas dos acciones son las que efectivamente consagran el matrimonio.

El dar dinero y el decir estas palabras o palabras afines (siempre y cuando lo que se diga haga referencia al hecho que la Torá prescribe que el hombre debe tomar a la mujer, en este sentido puede decir también: “tu estas separada para mí” pero no puede decir “yo seré tu esposo”), certifican la unión de una pareja. El Zohar, un libro cabalista de finales del siglo XII, es quien incorpora que en vez de dinero se debe dar un anillo (con un valor equivalente). El anillo es la “forma de pago”. Por otro lado es Rabi Moshe Isserles, un sabio judío del siglo XV, quien afirma que aparte de aquellas frases se debe agregar “De acuerdo a la ley de Moshe y de Israel” (KeDat Moshe veIsrael), aunque técnicamente no es necesario. 

Por último y volvemos a insistir en esta idea. Según la Torá es el hombre quien debe buscar y desposar a su mujer, y no a la inversa. Los sabios del Talmud son muy enfáticos al respecto y aclaran una y otra vez que es el hombre quien debe realizar estas dos acciones: dar el dinero (hoy en día el anillo) y luego pronunciar aquellas palabras clásicas heredadas de antaño. Nuevamente este es uno de los grandes desafíos de los movimientos liberales de cómo realizar un casamiento igualitario sin atentar contra las formas clásicas que heredamos de la tradición talmúdica. Mi humilde y seguramente errada sugerencia es mantener el canon clásico de la tradición y seguir el precepto de “todo aquel que agrega será bendecido” y luego de que el hombre pronuncie las palabras santificadas por la tradición y le entregue el anillo la mujer haga luego exactamente lo mismo. Legalmente ella quedará desposada aún antes de afirmar aquellas palabras, no obstante para la pareja y para todos los presentes el acto será simbólicamente igual para ambas partes.

viernes, 18 de enero de 2013

Kidushin 4 - Los tres caminos

La Mishná es tajante y directa, nos dice cuál es la “ley” sin muchas vueltas. El Talmud, contrariamente, busca preguntarse por los orígenes de la ley e intenta complejizarla o relativizarla. La Mishná nos dice estos tres mecanismos por los cuales las mujeres son adquiridas para el matrimonio. El Talmud se preguntará por sus orígenes ¿Por qué estos tres medios y no otros? Le dan muchas vueltas al asunto mas siempre vuelven al mismo versículo, aquél que citamos en el primer post del tratado de Kidushin: כִּֽי־יִקַּ֥ח אִ֛ישׁ אִשָּׁ֖ה וּבְעָלָ֑הּ וְהָיָ֞ה אִם־לֹ֧א תִמְצָא־חֵ֣ן בְּעֵינָ֗יו כִּי־מָ֤צָא בָהּ֙ עֶרְוַ֣ת דָּבָ֔ר וְכָ֙תַב לָ֜הּ סֵ֤פֶר כְּרִיתֻת֙ וְנָתַ֣ן בְּיָדָ֔הּ וְשִׁלְּחָ֖הּ מִבֵּיתֽוֹ׃ "Cuando alguien toma una mujer y se casa (se acuesta) con ella, si no le agrada por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, se la entregará en la mano y la despedirá de su casa. (Devarim 24:1) 

Fijense que allí resalte con negrita (bold) tres partes. Como siempre toda traducción es una traición y nunca es fiel al sentido mismo del texto; esto se acrecienta mucho más cuando nos queremos dedicar a entender cómo entendieron los sabios talmúdicos este versículo en su idioma original. 

1) “Ki Ikaj” – Cuando alguien toma. Esta es la fuente principal para argumentar que las mujeres pueden ser adquiridas a través del dinero (ver el Daf 2 para entender el porqué). Y otra cosa que aprenden los sabios de esta versículo es que al decir “Ki Ikaj” (Cuando un hombre tome) y no “Ki Tikaj” (cuando una mujer tome) se aprende que sólo un hombre puede desposar a una mujer y no a la inversa. Este es uno de los grandes problemas y desafíos que enfrentan los movimientos liberales cuando plantean la posibilidad de concretar un matrimonio igualitario (donde la mujer tenga tantas responsabilidades y obligaciones como el hombre). 

2) “Uvaalá” – y se acueste con ella. La traducción al español es “y se case” pero Bihá en hebreo es mantener una relación sexual. De aquí aprenden los sabios que una mujer puede ser desposada a través de una relación sexual. Y otro dato más agregan los sabios: la ievamá (la mujer que perdió a su marido sin tener hijos que según la ley del levirato debe ser desposada por alguno de los hermanos del viudo) sólo es adquirida a través de una relación sexual y no por los otros dos mecanismos que una mujer “común” puede serlo. 

3) “Jtav la” – y le escribirás a ella. De aquí los sabios aprenden que a través de un documento se puede concretar el enlace matrimonial. Y la lógica es la siguiente: tal como un documento puede “sacar” a la mujer de la casa de su marido (a través de un Get, documento de divorcio) es lógico que un documento le permita “entrar”. Una mujer no puede divorciarse de su marido a través de dinero y mucho menos a través de una relación sexual, solo puede hacerlo a través de un documento (Shtar Guittin) entonces es lógico que una mujer pueda casarse a través de un documento similar. 

Como pueden apreciar de este versículo que al parecer no dice nada de lo que estamos diciendo, los sabios del Talmud pueden deducir exactamente todo lo que estamos diciendo; o mejor dicho, todo lo que ellos quieren decir.

jueves, 17 de enero de 2013

Kidushin 3 - ¿A quién va el dinero?

En el último post establecimos los tres caminos por los cuales las mujeres son “adquiridas” para el matrimonio: Dinero, documento y relación sexual. El Talmud en el día de hoy discutirá en torno al primero de los tres métodos y abordará un tema complejo ¿A quién va ese dinero? 

El problema comienza con la siguiente afirmación de la Mishná “el padre goza de los esponsales de su hija” (la traducción es mía y es mala, disculpen las molestias). En otras palabras, es el padre quien recibe el dinero de aquel hombre que busca “adquirir” a su hija. Recordemos que en la antigüedad, y lamentablemente en nuestros días en ciertos sectores de la comunidad judía y otras comunidades religiosas sigue ocurriendo, eran los padres los que casaban a sus hijas. Y lo hacían a temprana edad. Sin embargo Maimónides en su tratado Mishné Torá advierte que no es correcto, de entrada, casar a una hija (o comprometerla) en la niñez sino que habría que esperar hasta que ella sea mayor de edad (según la ley judía a los 12 años cuando pasa de ser una Ketaná a una Naará) para que ella pueda decir y decidir con quién quiere casarse. 

Volvamos al tema en cuestión. Es un principio conocido por los sabios de Israel que toda ganancia económica (Shevaj Neurim) que tenga una hija mientras viva con su padre, irá para él y no para ella. Ya que el padre tiene la obligación de mantener económicamente a la hija, vestirla, alimentarla y darle un techo, toda la ganancia que ella reciba, o que encuentre, durante su niñez son de su padre. Según la concepción bíblica y rabínica, muy a nuestro pesar como hombres modernos, las mujeres pasan su vida de una propiedad a otra. Durante la niñez son propiedad del padre; esto queda representado simbólicamente en que él puede anular los votos que ella formulase mientras viviera bajo su techo. A través de este dinero de adquisición la muchacha pasa a ser propiedad de su marido y ahora es él quien, llegado el caso, puede anular sus votos. Resumamos. La primera forma de adquirir a una mujer para el matrimonio es a través del dinero. Si es un padre quien casa a su hija este dinero va para él.

miércoles, 16 de enero de 2013

Kidushin 2 - Una mujer se adquiere...

כִּֽי־יִקַּ֥ח אִ֛ישׁ אִשָּׁ֖ה וּבְעָלָ֑הּ וְהָיָ֞ה אִם־לֹ֧א תִמְצָא־חֵ֣ן בְּעֵינָ֗יו כִּי־מָ֤צָא בָהּ֙ עֶרְוַ֣ת דָּבָ֔ר וְכָ֙תַב לָ֜הּ סֵ֤פֶר כְּרִיתֻת֙ וְנָתַ֣ן בְּיָדָ֔הּ וְשִׁלְּחָ֖הּ מִבֵּיתֽוֹ׃ "Cuando alguien toma una mujer y se casa con ella, si no le agrada por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, se la entregará en la mano y la despedirá de su casa. (Devarim 24:1) 

El Talmud siempre comienza por la letra Bet, por la página número dos, ya que el Alef, el comienzo, es territorio de lo Divino. Hoy comenzamos con el estudio del tratado de Kidushin, que como veremos en un instante es el término que los sabios de la Mishná le asignan al matrimonio. Comencemos entonces!

La primera Mishná nos advierte de qué maneras la mujer es “adquirida” por su marido y de qué formas ella queda “libre” de él. Por tres caminos la mujer puede ser adquirida: Kesef (dinero), Shtar (documento), Bihá (relaciones sexuales). De cualquiera de estas tres formas, aunque los sabios luego insistirán que la más correcta es a través del dinero (representado en el famoso anillo de casamiento) y anularán la posibilidad de que a través de una relación sexual una pareja quede casada. Mas por dos caminos, continúa diciendo la Mishná, la mujer se adquiere a si misma (vuelve a recuperar “su libertad”): a través de un Get (documento de divorcio que ya estudiamos en detalle en el tratado de Guittin) o a través de la muerte de su marido, o sea, enviudando. 

El Talmud pasará luego a hacer de docente de lengua y literatura. Los rabinos mostrarán su pasión por las palabras y los términos que aparecen en nuestra Mishná. Muchas discusiones nos son “irrelevantes” para nuestros fines pero valdría la pena mencionar algunos detalles interesantes. El primero de ellos es el término que utiliza la Mishná para contraer matrimonio con una mujer: “Adquirir-Niknit”. El mismo surge de una Gezira Shava entre el versículo que abre este post que habla de “tomar” a una mujer con otro versículo de la Torá (Bereshit 23:13) en el cual se menciona que a través del dinero uno habrá de “tomar” cierta porción de una tierra. En este sentido el término adquirir por más que nos suene misógino y machista a los ojos de nosotros, lectores del siglo XXI, al parecer a los sabios del Talmud tenía únicamente un significado “legal” y práctico. 

Otro dato más interesante a tener en cuenta es que el término “adquirir” (Kinian), según el Talmud, es el término que le asignaba la Torá al hecho de contraer matrimonio mas los rabinos tienen otro término para la unión matrimonial que es Kidushin (santificar). ¿Por qué utilizan este término? Ya que cuando un hombre contrae matrimonio con una mujer es como si estuviera haciendo un Hekdesh, separando así a esa mujer de todos los demás hombres (como análogamente uno hace separando ciertos artículos para ofrendar exclusivamente en el Beit Hamikdash). 

En las próximas semanas seguramente nos enfrentaremos a muchas propociones e ideas en torno a la mujer y al matrimonio que sean difíciles de asimilar para nosotros como lectores del siglo XXI. Sin embargo habrá momentos que nos sorprenderemos, si tenemos en cuenta que este texto fue escrito hace más de 1700 años, en relación a algunas ideas de “avanzada” para la época. La primera que rescato de este fragmento es que haciendo un estudio meticuloso del lenguaje de la Mishná los sabios del Talmud dictaminan que una mujer sólo puede ser “adquirida” por su propia voluntad y nunca bajo coerción. Ella debe dar su consentimiento para contraer matrimonio sino el mismo no es halájicamente válido. 

Un detalle de color: ¿Por qué la Torá dice “Cuando un hombre toma a una mujer” y no al revés “cuando una mujer toma a un hombre”? Porqué así enseña Rabi Shimón: Porque es costumbre que el hombre vaya y busque a la mujer y no la mujer al hombre. Algunas cosas, al parecer, en los últimos 1700 años, han cambiado un poco.

martes, 15 de enero de 2013

Rosh Hashaná 34/35 - Los sonidos del Shofar

Dijo el Santo bendito sea: Digan delante de Mí en Rosh Hashaná Maljuiot, Zijronot y Shofarot. Maljuiot para que Yo pueda reinar sobre ustedes, Zijronot para que vengan hacia Mi añoranzas para el bien. Y ¿cómo deben hacer esto? A través del Shofar. 

Así enseña Raba en nuestro folio talmúdico. Los tres elementos claves que estudiamos hace dos post atrás son comunicados vía el Shofar. Es el cuerno que hacemos sonar cada año nuevo el que eleva en aquel día nuestras preces y nuestros anhelos. Por este motivo el Talmud será muy detallista en cuanto al Shofar se refiere. Luego de haber estudiado de qué animales se podía extraer el cuerno y si podía o no podía tener oro alrededor, y qué ocurría si se rompía o si Rosh Hashaná caía en Shabbat; para finalizar este tratado talmúdico los sabios discutirán en relación a cómo deben ser los sonidos que se emiten de aquel Shofar. 

Recordemos un instante: con el Shofar se deben emitir 3 sonidos: Tekiá (uno extenso y sin cortes), Shevarim (3 toques semi-cortos de igual duración total que una Tekiá) y Truá (9 toques cortos de igual duración que una Tekiá). No obstante según el dictamen de la Torá, en opinión de los sabios de Israel, en Rosh Hashaná se deben escuchar 9 veces la Tekiá únicamente. En todo el día de Rosh Hashaná, mientras que haya luz, si uno escucha 9 veces una Tekiá uno sale de la obligación de escuchar el sonido del Shofar. Como de costumbre, sin embargo, los sabios de la Mishná complican aún más el asunto y decretan que se debe escuchar después de cada una de las oraciones de Maljuiot, Zijronot y Shofarot una serie de sonidos. Y sobre esto hay extensas discusiones. Algunos dicen que debe ser Tekiá – Shevarim – Tekiá (tres veces) y otros dicen que debe ser Tekiá – Truá – Tekiá (tres veces también). No obstante como muchas cosas a través del tiempo se perdieron, el sonido exacto de lo que hoy conocemos como Truá o como Shevarim fueron olvidados y Rabi Abahu tenía una duda sobre cómo debía sonar por lo cual decretó – la costumbre que hasta el día de hoy seguimos – que se debía tocar el famoso TaSHRaT (Tekiá-Shevarim-Truá-Tekiá). De esta manera, todos quedaban contentos y nosotros podemos disfrutar más de los maravillosos y perforantes sonidos del Shofar. 

Un detalle anecdótico. Justo antes de terminar el tratado de Rosh Hashaná y tener una discusión sobre las oraciones, se nos cuenta que Rab Iehuda solía rezar una vez cada treinta días ya que estaba muy ocupado estudiando Torá. Nosotros, hoy día, gracias a Dios tenemos tiempo para todo. O mejor dicho: a todo podemos encontrarle un tiempo. Un tiempo para rezar y para reflexionar y un tiempo para estudiar. Tres veces al día la tradición nos convoca a frenar nuestras actividades para aprender a pedir, a bendecir y a agradecer. Y por lo menos dos veces al día, por la mañana y por la noche, la halajá nos comanda a dedicarle unos minutos de nuestro día al estudio. 

Y ahora sí: Saliká La Masejet Rosh Hashaná. Hemos terminado el estudio de este hermoso tratado y esperamos, con la ayuda del Eterno, en un tiempo, volver a sumergirnos en sus páginas.

lunes, 14 de enero de 2013

Rosh Hashana 33 - Por el Shofar no!

Por el Shofar no! Por el Shofar, si es Shabbat, no traspasamos el Tjum (perímetro) de Shabbat. No nos subimos a un árbol a buscarlo. No nadamos a través de un río para encontrarlo. Ni removemos escombros para rescatarlo. Si es Shabbat el Shofar se queda dónde está. ¿Cuál es el motivo de semejantes prohibiciones en torno al Shofar? El Talmud da una respuesta que es ejemplificadora para muchos otros casos similares. 

El Shofar es una Mitzva Asé, un precepto positivo que nos comanda actuar. Los Iemei Tov (como Rosh Hashaná) tienen Mitzvot Asé y Mitzvot lo Taase (preceptos negativos que nos comandan a “no hacer” algo en particular). Y como explica el Talmud un mandamiento positivo no desplaza a un mandamiento negativo. Entonces: si existe, por ejemplo, la prohibición de reparar objetos en Shabbat (siendo este un precepto negativo) no podemos arreglar el Shofar si se rompió en aquel día para poder cumplir así un precepto positivo.

Otro ejemplo con un objeto distinto: Si nuestro Lulav, por algún extraño motivo, quedó atrapado en la copa de un árbol no puedo yo subir a buscarlo ya que puedo romper alguna rama (lo que sería transgredir un precepto negativo) en pos de utilizarlo para cumplir la Mitzvá de Netilat Lulav (lo que es, sin lugar a dudas, un precepto positivo). Lo positivo no desplaza a lo negativo. 

Un dato para los padres: si bien un adulto no debe tocar el Shofar en Shabat por ser Muktze (un objeto que debe ser apartado), el Talmud enfatiza que los niños si pueden tocar el Shofar ese día y hacerlo sonar para aprender para cuando sean más grandes y tengan la obligación de hacerlo.

domingo, 13 de enero de 2013

Rosh Hashana 32 - Maljuiot, Zijronot y Shofarot


Los sabios de Israel instituyeron hace más de 2000 años tres plegarias diarias. Una al amanecer (Shajarit), una por la tarde (Minjá) y una al anochecer (Arvit). Sin embargo dispusieron que en días festivos se debía agregar una cuarta Tefilá, y se agregó la plegaria de Musaf (literalmente: extra o adición). En RoshHashaná es la Amidá, la plegaria que realizamos de pie mirando hacia Ierushalaim, el centro de todas las plegarias de aquellos días festivos. Musaf es el centro litúrgico del año nuevo. 

Esto se debe, y lo explica el Talmud, a que más allá de las tres primeras bendiciones de apertura (Avot, Gevurot y Kedushat Hashem) y las tres de cierre (Avodá, Hodaá y Birkat Cohanim, más la bendición por la paz) se agregan en esta plegaria los tres elementos centrales de Rosh Hashaná. Se adicionan a la Tefila de Musaf, como enseñaba Rabi Akiva, las siguientes tefilot: Maljuiot (reinos), Zijronot (recuerdos) y Shofarot. Estos son los tres conceptos esenciales de Rosh Hashaná:

Maljuiot nos comanda a clamar de que Dios es el Soberano y el Rey del mundo y nos compele a declarar Su reinado sobre todas las criaturas.
Zijronot, por otro lado, es una invocación para que Dios recuerde a nuestro favor todas las acciones de nuestros antepasados en aquel día del juicio.
Por último Shofarot es la invocación final para cada uno de nosotros para que se despierten nuestros corazones del letargo para poder volver en Teshuvá (arrepentimiento). 

דַּבֵּ֛ר אֶל־בְּנֵ֥י יִשְׂרָאֵ֖ל לֵאמֹ֑ר בַּחֹ֙דֶשׁ הַשְּׁבִיעִ֜י בְּאֶחָ֣ד לַחֹ֗דֶשׁ יִהְיֶ֤ה לָכֶם֙ שַׁבָּת֔וֹן זִכְר֥וֹן תְּרוּעָ֖ה מִקְרָא־קֹֽדֶשׁ׃ "Habla a los hijos de Israel y diles: El primer día del séptimo mes tendréis día de descanso, una conmemoración al son de trompetas y una santa convocación. (Vaikra 23:24) 

Según los sabios del Talmud de este versículo del libro del levítico se extraen estos tres elementos centrales. Al final del mismo se dice “Zikaron Trua Mikra Kodesh”. De la palabra Zikarón (recuerdo), aprendemos que debemos recitar los Zijronot. De la palabra Truá (sonido del Shofar), aprendemos que debemos decir Shofarot y de Mikra Kodesh (santa convocación) aprendemos que se debe decir Maljuiot ya que ésta se dice conjuntamente con Kedushat HaIom, con la santificación del día de Rosh Hashaná. 

Pero ¿Cómo se llevan a la práctica y a nuestras oraciones estos tres elementos? El Talmud a continuación explica y dice que se deben recitar no menos de diez versículos bíblicos que hablen sobre estos tres conceptos. Se deben decir, por lo menos, 3 versículos de la Torá, otros tres de los profetas y otros tres de los escritos. Cada uno de estos versículos debe hacer referencia de forma directa a alguno de estos tres conceptos. Estos versículos deben cumplir con dos características: no deben recordar ni nombran ningún suceso negativo (puranut) ni tampoco deben hacer referencia a individuos particulares. Esto último se debe a que todas nuestras Tefilot en el día del juicio son colectivas. ¿Por qué 10 versículos? El Talmud da 3 explicaciones diferentes: por los 10 mandamientos, por las diez veces que aparece la palabra “Halelu” en el salmo 150 o bien por las 10 “maamarot” (palabras) por las que el mundo fue creado. 

Al finalizar la recitación de cada uno de estos tres conceptos se prosigue a tocar el Shofar. Este toque del Shofar, en la plegaria de Musaf, es el central y es la Mitzvá misma de Rosh Hashaná. El Talmud nos dice que se toca el Shofar en la Tefilá de Musaf por el siguiente versículo del libro de los proverbios (14:28): "En el pueblo numeroso está la gloria del rey; en la falta de pueblo, la debilidad del príncipe." Existe un principio en el Talmud que es “BeRab Am Hadrat Melej” que hace referencia a que es preferible la mayor cantidad de gente a la hora de alabar a Dios, ergo en la Tefila de Shajarit hay muchos que no llegan porque se retrasaron o se quedan dormidos por lo cual se espera hasta Musaf para que haya más gente (como sucede en todas nuestras sinagogas) para que todos puedan escuchar el toque del Shofar. No obstante este principio general hay otro principio que afirma que los ágiles se adelantan a las mitzvot (Zarizim Madkimim laMitzvot); lo cual significa que uno debe ser presuroso y cumplir los mandamientos “lo antes posible”. 

Extra: En Rosh Hashaná no se recita el Halel. En una ocasión los angeles le preguntan a Dios ¿Por qué no canta el pueblo de Israel el Halel en aquel día? Y Dios contesta: ¿puede el pueblo cantar salmos de alabanza y alegría mientras Yo estoy sentado en mi trono con el libro de la vida y de la muerte delante de mí?

jueves, 10 de enero de 2013

Rosh Hashana 31 - El exilio del Sanhedrín

El Zohar afirma que hay puertas del cielo que solamente pueden ser abiertas a través del canto. La música, la melodía, los ritmos y los poemas hechos canciones son algunos de los principales elementos litúrgicos y religiosos de la tradición de Israel. Desde antaño la música ocupa un lugar central en la tradición judía. Desde las panderetas de Miriam al salir del Egipto, pasando por las melodías del Rey David para continuar con los Salmos; gran parte del Tanaj está habitado por la música. 

El Beit Hamkikdash no era la excepción. Cada día los levitas entonaban un cántico. Un salmo por cada día de la semana. Un salmo por día. Shir shel Iom – el cántico del día – era el nombre con el cual se denominaba esta práctica. Lo más asombroso es que miles de años después todos los días cantamos estos mismos salmos al finalizar los servicios de Shajarit tal como lo hacían (o los rabinos decían que hacían) los antiguos Levitas en el Templo de Jerusalém. Un salmo por día y cada salmo representa un momento y una metáfora de aquellos días primigenios de la creación. 

El exilio del Sanhedrín. El exilio judío que comenzó antes de la destrucción del Beit Hamikdash también trajo consigo el exilio de sus instituciones principales. El Sanhedrín, la corte rabínica central de todo el pueblo judío, no fue la excepción. El Talmud narra cómo fue su exilió. Del Lishkat Hagazit (una sala en el Templo de Jerusalém donde se mantenían las sesiones regularmente), al Janut (las tiendas externas del Templo), de allí a algún lugar oculto de Ierushalaim. De Ierushalaim se mudó a la ciudad de Iavne. De Iavne a Usha, de Usha volvió a Iavne y de allí nuevamente a Usha. De Usha a Shefaram y de allí a Beit Shearim, de BeitShearim a Tziporí y finalmente a Tiberia. 

La ciudad de Iavne fue el primer lugar de asentamiento del Sanhedrín luego de la destrucción de Ierushalaim. Allí fue desde donde Rabi Iojanán ben Zakai realizó todas sus reformas. Luego de la revuelta de Bar Kojva (132 a 135 d.e.c) el Sanhedrín paso a Usha (en el norte de Israel). Trataron luego de volver a Iavne pero no tuvieron éxito ya que todo el sur de Israel estaba destruido por lo cual decidieron asentar el Sanhedrín en otras ciudades del Galil hasta que finalmente se asentó en Tiberias donde finalmente, luego de unos años, el Sanhedrín fue disuelto. 

La vida de Rabi Iojanán ben Zakai. El gran reformador del pueblo judío luego de la destrucción del Beit Hamikdash (qué según dice el Talmud realizó 9 grandes cambios en la Ley judía) vivió 120 años. Sus primeros cuarenta años los ocupó para hacer negocios, sus próximos cuarenta los ocupó en aprender y los últimos cuarenta los dedicó a enseñar. Moraleja: siempre hay tiempo!

miércoles, 9 de enero de 2013

Rosh Hashana 30 - Takanot HaRibaZ


La destrucción del BeitHamikdash significó un antes y un después en la vida del pueblo judío. Fue la Shoá de hace dos mil años. Nada podría volver a ser lo mismo. Toda la existencia judía luego de la tragedia debía hacer referencia – de alguna manera – a aquello que sucedió en el año 70 d.e.c.

La tradición rabínica, por supuesto, fue afectada fuertemente por este suceso. En esta oportunidad el Talmud nos narra las famosas “TakanotHaRIBaZ”; los edictos y las reformas en la ley emprendidas por el gran sabio tanaíticoRabi Iojanán ben Zakai. Él fue, sin lugar a dudas, uno de los héroes que posibilitaron la renovación y la reinvención del judaísmo luego de la tragedia. En la antigüedad, cuando el Templo de Jerusalém todavía existía, según la Mishná, el Shofar se tocaba incluso si RoshHashaná caía en Shabbat, no obstante luego de la destrucción Rabi Iojanán ben Zakai decretó que sólo se debía tocar el Shofar en Shabbat en una ciudad que tenía un Beit Din estable, en las que no había un tribunal rabínico no se debía tocar el Shofar en Shabbat. El motivo, que luego será esgrimido por los sabios, es que uno podría llegar a transportar el Shofar en la vía pública – durante Shabbat – en busca de una persona que sepa tocarlo. Sin embargo, enfatizan los sabios, en una ciudad que tiene un tribunal rabínico no sospechamos que la gente pueda cometer “semejante error”. Lo mismo ocurre con la lectura de la Meguilá y con el Lulav. De entrada estaría permitido leer la Meguila en Shabbat o sacudir el lulav mas los sabios lo prohibieron para que la gente no se confunda y con el afán de cumplir la Mitzvá transgreda el precepto de no transportar nada, más allá de cuatro codos, en la vía pública.

El lulav. Otro cambió que realizó Rabi Iojanan fue con relación al Lulav. En la antigüedad, dice la Mishná, el Lulav se sacudía durante los siete días de la celebración en el BeitHamikdash y un sólo día (el primero) en las diásporas. Una vez que el Templo fue destruido decidió que el Lulav se agite siete veces también en las diásporas y en todos los rincones de Israel en recuerdo al Templo de Jerusalém (Zejerla Mikdash). En momentos de destrucción y desolación la reconstrucción surge en parte a través de la memoria, manteniendo vivo aquel pasado “glorioso” y en parte reconfigurando y reinventando la tradición.

Una historia fabulosa. Muchos sabios discutían con Rabi Iojanán en relación si en una ciudad especifica se debía tocar el Shofar o no (ya que tenían, al parecer, un Beit Din ambulante). Los Bnei Beteira decían que no se debía tocar el Shofar y Rabi Iojanán decía que sí. Él dijo: Toquen el Shofar. Ellos dijeron: analicémoslo (si debemos hacerlo o no). A lo que él contestó: Toquemos (para que no pase el tiempo permitido para hacer escuchar el sonido del Shofar) y después discutamos (acerca si se debía o no tocar el Shofar). Ellos aceptaron y tocaron el Shofar. Luego cuando estaban presurosos por comenzar a discutir sobre el asunto Rabi Iojanán ben Zakai les dijo: ya se escuchó el sonido del Shofar en Iavne, no se debe responder (discutir) después de los hechos (ein mashibin leajar maase). Una vez que ya se realizó algo en público una corte rabínica no puede discutir sobre lo ocurrido ya que no sería correcto. Una vez que la gente aprendió algo a través de la práctica, decir que actuaron equivocadamente en la discusión no sería coherente. En definitiva Rabi Iojanán no era sólo un sabio y un reformista sino que era muy perspicaz a la hora de resolver conflictos.  

martes, 8 de enero de 2013

Rosh Hashana 29 - Sobre obligaciones y bendiciones


¿Quiénes están obligados a tocar (o a escuchar) el sonido del Shofar? El Talmud es enfático: todos los hombres de Israel, ya sean sacerdotes, conversos, levitas o esclavos liberados están comandandos a tocar (o eventualmente, como sucede en nuestros días, a escuchar el sonido del Shofar). Los esclavos, los niños y las mujeres no están obligados; sin embargo – y esto es central para los movimientos liberales – los rabinos medievales establecieron que si una mujer quiere tocar el Shofar puede hacerlo sin ningún problema. 
Sacar a otros de la obligación (Lehotzi Ajerim al iedei Jovatam). Como no todos somos expertos en tocar el Shofar otros pueden sacarnos de nuestra obligación de tocar el Shofar. Si una persona toca el Shofar y yo pongo intención en la escucha yo quedo exceptuado de la obligación de tocarlo por mi cuenta. Sin embargo, y este es un principio general, el Talmud establece que sólo quien está obligado a cumplir una Mitzvá puede sacar a otro de su obligación. En este sentido la halajá clásica estableció que por lo general sólo los hombres adultos (mayores de 13 años) pueden sacar a los otros de la obligación; por este motivo por lo general fueron ellos quienes condujeron las plegarias, ya que las mujeres, por más de que podían tocar el Shofar, por ejemplo, por voluntad propia no estaban técnicamente obligadas por lo cual no podían sacar a otros de su obligación (excepto a otras mujeres que también decidieran obligarse a sí mismas a escuchar el Shofar).

Un dato de color! Es interesante que el Talmud resalta que el Tumtum (aquella persona que no tiene desarrollado o no tiene visible ni el aparato reproductor femenino ni el masculino) no puede sacar a nadie de la obligación ya que técnicamente no es ni hombre ni mujer. Sin embargo el Androginos (aquella persona que nació con ambos aparatos reproductores) sólo puede sacar de la obligación a aquellos otros Androginos que compartan sus mismas características fisiológicas.

Un dato más. Una persona que ya tocó el Shofar o que ya comió Matzá no obstante puede volver a recitar la bendición y sacar a otras personas de su obligación de hacerlo ya que estas son Mitzvot. Sin embargo todas las bendiciones de deleite (de comidas y de olores) solo puede sacar con su recitado a otros de la obligación si el mismo como o huele junto a los demás, sino otra persona que todavía no comió debe hacerlo. O sea: el Kidush una persona puede repetirlo cuantas veces quiera para sacar a otros de la obligación de recitarlo (ya que es una Mitzva) mas la bendición de Hamotzi antes de comer Jalá solo puede pronunciarla, y sacar a otros de la obligación de recitarla, quien va a comer pan.

Extra: Todos son símbolos. Hasta en nuestros días hay personas que creen en los amuletos mágicos que curan, que espantan el mal de ojo y vaya uno a saber cuántas cosas más. Es notorio como los sabios del Talmud, hace más de 1600, superaron muchas de estas supersticiones. La Torá (Shemot 17) cuenta que cuando el pueblo de Israel salía a la batalle si Moshé tenía los brazos en alto entonces el pueblo judío vencía mas si los bajaba el pueblo perdía. El Talmud trata de tontos a quienes entienden este versículo de forma literal como si los brazos de Moshé tuvieran superpoderes. Por el contrario el Talmud afirma que esto es un símbolo que viene a significar que cuando el pueblo de Israel deposita su confianza en las alturas (en Dios) y mira alto entonces el pueblo de Israel triunfa en la batalla mientras que si mira hacia abajo y no tiene confianza ni en Dios ni en sí mismos entonces pierden. Lo mismo explica el Talmud en torno a aquel bastón con serpiente (Bemidbar 21) que cuando uno la miraba uno se curaba. Cada objeto de la tradición judía es un símbolo que hace referencia a algo más; si nos quedamos sólo en los objetos siempre nos faltará algo. 

lunes, 7 de enero de 2013

Rosh Hashana 28 - El problema de la Kavaná


Escuchar el sonido del Shofar constituye la Mitzvá principal de Rosh Hashaná. Por este motivo los sabios del Talmud se extienden en especificaciones y detalles al respecto. En esta oportunidad nos advierten que quien escucha el sonido del Shofar emitido desde un pozo (vaya a saber en que situación sucedería algo así pero por las dudas el Talmud aclara…) si escucha el sonido mismo del Shofar uno sale de la obligación mas si uno escucha su eco uno no sale de la misma. Debemos escuchar el Shofar y no su eco.

El problema de la intención (Kavaná): El Talmud ahora se extenderá por un largo tiempo en discutir sobre las intenciones. La Mishná había establecido que si uno pasaba por atrás de la sinagoga y escuchaba el sonido del Shofar y ponía intención (Kivem livó) uno salía de la obligación, sin embargo si uno no ponía la intención de salir de la obligación de escuchar el sonido del Shofar en Rosh Hashaná uno debía volver a escuchar el sonido del Shofar. Y este es el centro de una gran discusión que continúa hasta nuestros días ¿La Mitzvá debe estar acompañada de una intención correcta (Kavaná) o con el cumplimiento ritual del acto basta? Heschel, sin dudas, seguirá los pasos de Rabi Zeira al afirmar que las Mitzvot necesitan de una Kavaná, mientras que Leibowitz heredará la tradición de Raba que afirma que las Mitzvot no necesitan Kavaná.

Comencemos con el final. La halajá finalmente luego de disputas milenarias quedará como la estableció el Gaon de Vilna: las mitzvot necesitan estar acompañadas de una intención pero si uno las realiza sin intención debe volver a repetir la acción pero sin una bendición. Algunos sabios afirmaban que si por ejemplo uno tocaba el shofar pero como un mero instrumento musical y circunstancialmente lo hizo en Rosh Hashaná y una persona de casualidad escuchó aquel sonido, entonces, esa persona ya salió de la obligación de escuchar el toque del Shofar de Rosh Hashaná. Otros sabios, sin embargo, aducían que tal como aparece en el tratado de Berajot en relación al Shema Israel, si uno estaba leyendo de la Torá y llegó a aquella sección, sólo en el caso de que ponga intención en salir de la obligación de recitar el Shema Israel uno saldría de su obligación, sino lo hace esta sería una mera lectura cotidiana. Otro ejemplo que trae el Talmud es el siguiente: si a uno lo obligan a comer Matzá y circunstancialmente ese día era Pesaj ¿Uno cumplió con la Mitzvá de comer Matzá o debe volver a comer Matza en otro momento? Las opiniones nuevamente se dividen sin embargo la mayoría sostiene que si esta persona sabía someramente que ese día era Pesaj, éste ya estaba exento de volver a comer Matza pero si no tenía la más minima noción de que día era debía volver a comer un trozo de Matza.

La discusión sempiterna sobre la necesidad o no de que nuestras acciones religiosas y nuestros preceptos tengan una intención adecuada continúa hasta nuestros días. Hoy en día hay grupos religiosos que se manifiestan como “conductistas religiosos” donde lo más importante es el cumplimiento estricto de la Ley más allá de las motivaciones individuales o el crecimiento individual. Otras corrientes al interior del judaísmo le dan más énfasis al sentido de las prácticas, al desarrollo espiritual y emocional de los individuos que al cumplimiento detallado y meticuloso de los preceptos. Como verán y como dijo Kohelet: no hay nada nuevo bajo el sol.

sábado, 5 de enero de 2013

Rosh Hashaná 27 - La mitzva del Shofar


בַּ֭חֲצֹ֣צְרוֹת וְק֣וֹל שׁוֹפָ֑ר הָ֜רִ֗יעוּ לִפְנֵ֤י׀ הַמֶּ֬לֶךְ יְהוָֽה׃
Aclamad con trompetas y sonidos de bocina, delante del rey Adonai. (Salmos 98:6)


En el antiguo Beit Hamikdash, el día de Rosh Hashaná, no sólo se escuchaba el sonido del Shofar (de aquel famoso cuerno de casi cualquier animal, excepto la vaca como ya vimos) sino que también a la par se escuchaban unas trompetas (jatzotzrot). Quien tocaba el shofar se ponía en el centro y quienes tocaban la trompeta se paraban a sus costados. Todos comenzaban tocando a la par mas el sonido del Shofar se extendía por sobre el de la trompeta ya que la mitzvá del día la constituía el clamor del Shofar y no de las trompetas.

Sobre el Shofar de Rosh Hashana, que también era utilizado en Iom Kippur y en los días de ayuno, el Talmud desarrolla una interesante discusión ¿el mismo debe ser plano y estirado (pashut) o doblado y encorvado (kefuf)? Algunos opinaban que debía ser de una manera y otros de otra pero lo más interesante son los motivos que llevaron a esta discusión. Al parecer los sabios veían que los seres humanos somos reflejo de los Shofarot. En Rosh Hashana, decían algunos, se debía tocar un Shofar curvo ya que nosotros, como seres humanos debíamos estar encorvados y “sumisos” ante el día de juicio. No debíamos ir con altivez y estando rectos y con la cabeza alta a nuestro juicio, debemos, sin embargo ir con la cabeza gacha en señal de arrepentimiento. Simbolizando esta actitud corporal y espiritual el Shofar de Rosh Hashaná debería ser encorvado. Sin embargo en Iom Kippur se debía tocar un Shofar recto y plano ya que debemos enfrentar ese día, como lo señala la liturgia, con la seguridad de quien se enfrenta a un juicio y sabe que ganará, debemos estar ese día con la frente en alto. Y así debe ser nuestro Shofar. 

Antes señalábamos que el Shofar debía extender su sonido para que sea audible de manera particular más allá de las tromperas y esto es así porque debemos, hasta el día de hoy para salir de la obligación de la mitzva del Shofar, escucharlo sin obstrucciones, y si las trompetas tocaran a la sazón del shofar todo el tiempo podríamos no distinguir un sonido del otro. Por este motivo la halajá también determina que un solo Shofar debe escucharse en cada oportunidad, ya que si dos Shofarot se escuchasen a la par uno podría no escuchar de manera correcta el sonido de uno o de otro. Lo mismo, señala el Talmud, ocurre con la lectura de la Torá. Como es una Mitzvá escuchar semanalmente su lectura dos personas no pueden leer a la par ya que podríamos confundirnos con facilidad, por ese motivo cada quien, en la antigüedad, cuando subía a la Bimá leía de la Torá; sin embargo en nuestros días un Baal Koré es quien lee para todos con el objetivo de no avergonzar a quien no sabe leer de la Torá. Y un detalle más, los sabios señalan que uno al subir a la Torá y pronunciar las brajot igual debe seguir la lectura del Baal Koré en voz baja para no realizar una beraja levatalá (una bendición en vano).

P.D: Al discutir si los Shofarot pueden tener en su contorno un “brazalete” de oro o de cobre los sabios del Talmud comentan con este famoso adagio: “Dios tuvo piedad en relación al dinero de Israel”; es decir: Dios no quiere que los judíos asuman gastos inecesarios y excesivos como sería recubrir el Shofar con oro. Habría que avisarles a los que hoy venden Matzot y Tefilin sobre este dictum talmúdico.