jueves, 20 de octubre de 2016

Sucá 25 - Los exentos de los mandamientos

En general todos estamos constantemente obligados a cumplir los mandamientos expuestos en la Torá  y explicados posteriormente por los sabios. El cumplimiento de los mandamientos no es una cuestión voluntaria sino una obligación legal. Sin embargo, nos advierte una nueva Mishná, ciertas personas en determinados momentos están exentos de ciertos mandamientos por algunas cuestiones particulares. Repasemos someramente la lista de algunas personas que en determinados momentos se encuentran exentos de cumplir ciertos mandamientos:
  1. Los Shlujei Mitzvá (enviados para cumplir un mandamiento) están exentos, por ejemplo, de tener que habitar la Sucá. 
  2. Los enfermos y quienes se ocupan de los enfermos están también exentos de habitar la Sucá. 
  3. El novio está exento de recitar el Shemá Israel. 
  4. El deudo está exento de colocarse los Tefilín. 
  5. Quienes se están ocupando de una mitzvá están exentos de otras mitzvot. 

Todos estos ejemplos son traídos por nuestra Mishná y Guemará en cuestión. Quisiera explicar algunos de ellos para entender su racionalidad. En primer lugar los Shlujei Mitzvá, aquellas personas que son enviadas a cumplir algún mandamiento, durante toda su travesía están exceptuados de cumplir ciertos mandamientos siendo uno de estos el habitar en una Sucá. ¿Por qué? Pongamos un ejemplo. Si dos personas son enviadas para Pidion Shvuim, redimir a los cautivos, en cierta ciudad no los obligamos a tener que comer y dormir cada día en una Sucá ya que esto atrasaría su travesía y redimir a los cautivos es un mandamiento muy importante. 

Por otro lados los novios y los deudos están exentos de cumplir ciertos mandamientos positivos ya que su corazón y su mente están enfocados en otra cosa y no podrán poner la concentración ni la dedicación necesaria en el cumplimiento de ciertos mandamientos.

El más interesante, a mi entender, de todos estos principios es el último que en hebreo se dice así: "HaOsek BaMitzvá Patur min HaMitzvá". Es decir: Quien está ocupado en un mandamiento está exento de otro mandamiento. El Talmud trae dos posibles orígenes para este principio rabínico. O bien el mismo se encuentra en el versículo del Shema Israel "BeShibteja Bebeiteja" o bien el mismo se desprende de una famosa historia de la Torá (Números 9:6) en donde se relata que ciertas personas se encontraban impuras y que por ese motivo no podían realizar el sacrificio pascual en el segundo año de la salida de Egipto. El Talmud se pregunta quienes eran estas personas y por qué se encontraban impuras y llegan a dos posibilidades: o bien se trataba de quienes llevaban el cajon con los huesos de Iosef o bien Mishael y Eltzafan que se estaban encargando de los cuerpos de Nadav y Abihu. En ambos casos se trata de personas que están lidiando con muertos algo que según la legislación bíblica transmite impureza y por eso estaban exentos (o mejor dicho, inhabilitados) de cumplir el mandamiento del sacrificio de Pesaj. ¿Por qué la Torá ni los sabios los condenan por no realizar aquel sacrificio? Porque estaban ocupandose de un mandamiento y según enseñan los sabios quien se está ocupando de un mandamiento está exento de cumplir otros mandamientos positivos. Sobre este punto el Talmud llega a decir que cualquier persona que se ocupe de trabajos sagrados (es decir quienes escriben Tefilín, Mezuzot, quienes tejen los Sifrei Torá, e incluso quienes venden Tjelet para los tzitziot, etc.) están exentos de recitar el Shemá Israel, de rezar y de colocarse los tefilín y de todo mandamiento positivo mientras se están ocupando de su tarea sagrada. 

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