martes, 29 de noviembre de 2016

Sucá 49 - Torá shel Jesed

וא"ר אלעזר מאי דכתיב (משלי לא, כו) פיה פתחה בחכמה ותורת חסד על לשונה וכי יש תורה של חסד יש תורה שאינה של חסד אלא תורה לשמה זו היא תורה של חסד שלא לשמה זו היא תורה שאינה של חסד איכא דאמרי תורה ללמדה זו היא תורה של חסד שלא ללמדה זו היא תורה שאינה של חסד

"Abre su boca con sabiduría, Y la ley de bondad (Torat Jesed) está en su lengua" (Proverbios 31:26). Cada viernes por la noche en el Eshet Jail recitamos este versículo. En nuestra Guemará del día rabí Eliezer realiza una hermosa exegesis del mismo. Él se pregunta: ¿Acaso puede existir una Tora que no sea de Jesed? ¿Puede existir una Torá "no buena"? ¿Por qué especifica el rey Shlomo en sus proverbios sobre una Torá de Jesed? ¿Acaso existe otra Torá? Nos dice que sí: la Torá que es estudiada por su propio fin (Lishmá) es una Torá de Jesed sin embargo la Torá que es estudiada con un fin ulterior (Lo Lishmá) no es una Torá de Jesed. Si uno estudia Torá para saber más Torá entonces uno está haciendo y viviendo Torat Jesed, sin embargo si uno estudia Torá con el fin de convertirse en rabino (para porner un ejemplo) entonces la Torá deja de ser Torat Jesed porque es solo un instrumento para un fin. 

Hay otros, nos dice el Talmud, que hacen otra exegesis. Hay quienes dicen que Torat Jesed se da cuando alguien estudia Torá para luego enseñar Torá sin embargo si uno estudia pero luego no enseña ese estudio deja de ser Torat Jesed. Estudiar para enseñar, ese es el objetivo. La ley de bondad, Torat Jesed, se basa en recibir para poder dar. Estudio para luego enseñar. Recibo para después poder dar. Esa es la verdadera Torá, ese es el camino, esa es Torat Jesed. 

domingo, 27 de noviembre de 2016

Sucá 48 - Sason veSimjá: un chiste de hace 2000 años.

En medio de una Sugya que discute el origen, las costumbres y ciertas leyes en torno al mandamiento de Nisuaj HaMaim (libación de las aguas) que ocurría anualmente durante los días intermedios de la festividad de Sucot la Guemará nos trae un chiste. A veces me sorprende pensar que hace miles de años también se contaban chistes como lo hacemos hoy en día pero entre los folios del Talmud hay muchos "chistes". El contexto de este chiste surge porque el Talmud se pregunta el origen de la práctica de Nisuaj HaMaim y cual es la fuente en las escrituras que habla está práctica y Rav Einá cita a Isáias 12:3: " Sacaréis con gozo (Sason) aguas de las fuentes de la salvación.

En este contexto el Talmud nos trae la siguiente historia:
Cierta vez había dos herejes, uno se llamaba Sason (gozo) y el otro Simjá (alegría). Le dijo Sason a Simjá: "Yo soy mejor que tu ya que está escrito: "y tendrán gozo y alegría" (Isaías 35:10). Simjá le contestó a Sason que él era mejor ya que esta escrito: "los judíos tuvieron alegría y gozo" (Ester 8:17). Le contestó Sason a Simjá: cierto día te abandonarán y y te harán un envíado, por cuanto está escrito: "Porque con alegría saldréis" (Isaías 55:12). "Cierto día" le dijo Simjá a Sason "te abandonarán y sacarán contigo agua, por cuanto está escrito: "Sacaréis con gozo aguas" (Isaías 12:3)...

La historia continúa un poco más con un intercambio "teologíco" y gramatical entre el hereje Sason y Rabí Abahu... ¿Por qué los sabios nos traen está historia? ¿Qué podemos aprender de está historia? Algunos exegetas medievales estiman que está historia es traída contra los minim (seguidores de Jesús) que solían interpretar los versículos a su conveniencia viendose a ellos mismos como la realización de cierta profecía bíblica. Está es la forma rabínica de responder: haciendo de su exegesis un chiste. Seguramente Sason y Simjá nunca existieron y si existieron tenían otros nombres y si tenían otros nombres todo este chiste no tendría sentido. Entonces ¿Por qué algún sabio decidió insertar esta historia en el Talmud? 

Este chiste era, seguramente, popular entre los estudiantes rabínicos y de las escrituras hace unos dos mil años. Esta historia nos muestra el sentido del humor, y como algunos academicos señalan en nuestros días, muchas veces estos chistes o historias eran traídos al Beit Midrash (casa de estudios) para entretener a los alumnos luego de horas de intenso estudio, para distender la clase unos minutos. 

Este chiste también demuestra el sentido del humor de nuestros antepasados. Los judíos no solo sabemos llorar, también sabemos reír.

Este chiste nos muestra también la erudición y el conocimiento bíblico de nuestros antepasados. No solamente conocían toda la Biblia de memoria sino que sabían utilizar sus pasajes con sutilezas y conectarlos no solamente en materia de halajá sino también para hacer reír. 

jueves, 24 de noviembre de 2016

Sucá 47: Shmini Atzeret ¿Shmini qué?

Los desafío a que cuando se topen con otro judío le hagan la siguiente pregunta ¿Cuales son las festividades que aparecen en la Torá? Algunos se equivocarán y dirán que Janucá o Purim aparecen en la Torá. Otros seguramente afirmaran correctamente que Rosh Hashaná, como Iom Kipur o Pesaj también aparecen en la Torá. Algunos más versados también recordarán las otras festividades de peregrinación: Shavuot y Sucot. Sin embargo, ninguno, o casi ninguno, enumerará a Shmini Atzeret. Hagan la prueba y me dicen. 

Shmini Atzeret podría ser catalogada como la festividad bíblica olvidada o también como la festividad bíblica reemplazada rabínicamente por Simjat Torá. Poco y nada se sabe de esta festividad y lo poco que sabemos lo encontramos en nuestra Guemará del día. En los tiempos bíblicos la festividad de Sucot duraba siete días y el octavo día se celebraba una festividad denominada "Shmini Atzeret" (El octavo día de Asamblea). Era una festividad adosada a Sucot como su mismo nombre lo indica (el octavo día desde el inicio de Sucot) pero a su vez separada de la misma. Si uno lee la Torá no termina de comprender si se trata de una festividad separada a Sucot o un complemento de está festividad. Los sabios en el Talmud también presentan ambas alternativas pero Rab Najman termina diciendo: Shmini Regel Mipnei Atzmo. Es decir: Shmini Atzeret es una celebración y una festividad independiente a Sucot. Esa, al parecer, es la conclusión a la que llegan nuestros sabios. Aunque en la literatura rabínica encontremos opiniones contrarias a estra posición. 

¿En qué se diferencia Shmini Atzeret de Sucot? Rab Jama bar Janina nos dice que hay tres diferencias. Durante Sucot tenemos el mandamiento de habitar la Suca, sacudir los Arvaat HaMinim y en el Templo se llevaba a cabo la libación del agua. Ninguno de estros tres mandamientos continúan en Shmini Atzeret. La Sugya sobre Shmini Atzeret concluye (48a) diciendo que Shmini Atzeret es una festividad independiente en seis sentidos: PaZaR KaSHaB (un acrostico utilizado por los sabios para recordar las seis diferencias de Shmini Atzerer con respecto a Sucot). 

Pais: los sacerdotes volvían a tirar a la suerte quien debía realizar los sacrificios para esta festividad.
Zman: Se debe realizar la bendición de Sheejeianu ya que es una nueva festividad independiente de Sucot. 
Regel: Es una festividad de peregrinación independiente de Sucot en la cual la gente también debía dormir en Jerusalén.
Korban: Se realizaban sacrificios diferentes al orden establecido durante Sucot. 
Shira: Había canticos diferentes a los que se realizaban durante Sucot. 
Brajá: la bendición en la Amidá y en el Birkat HaMazon son distintas a las cuales recitamos durante la semana de Sucot. 

Shmini Atzeret es la festividad olvidada. No tiene ningun elemento distintivo. En Sucot tenemos la Sucá, en Shavuot estudiamos toda la noche Torá, en Pesaj comemos Matzá, en Rosh Hashaná tocamos el Shofar, etc.; pero en Shmini Atzeret no tenemos ningún elemento que le de una identidad propia. Lo único distintivo en la sinagoga en la sinagoga este día es que comenzamos en la Tefilá de Musaf a pedir por las lluvias (Meshiv HaRuaj uMorid HaGueshem). Redescubramos juntos está festividad olvidada. 

martes, 22 de noviembre de 2016

Sucá 46 - Las bendiciones sobre el Lulav y el Etrog.

Nuestra Guemará del día comienza con una interesante discusión entre sobre dos de los mandamientos centrales de Sucot: el Lulav y la Sucá. Un sabio dice que el mandamiento de sacudir el Lulav debe hacerse durante siete días mientras que el mandamiento de habitar la Sucá dura solo un día. Otro sabio argumenta exactamente lo contrario: el Lulav debe agitarse un solo día y la Sucá debe ser habitada durante siete días. Es increible como en los tiempos de los amoraim (siglo III y IV d.e.c) sigan discutiendo cosas que a nuestros ojos en el siglo XXI parecen obvias, sin embargo no lo son. Si leemos literalmente la Torá la segunda postura tiene más sentido. Hay un versículo bíblico que nos dice que debemos habitar en Sucot durante siete días y hay otro que afirma que debemos tomar los Arvaat HaMinim solamente el primer día de la festividad. Sin embargo los rabinos de alguna forma invirtieron estas mitzvot estableciendo que si bien la Torá ordena tomar los Arvaat Haminim solamente un día rabínicamente estamos obligado a tomarlos los otros seis también. Y por el contrario solamente el primer día estamos obligados a comer en la Sucá, los otros seis días es opcional. 

Este es el contexto de la Sugya que quiero compartir con ustedes hoy. En el contexto de la discusión sobre estos dos mandamientos los sabios introducen por primera vez en la Guemará de Sucot un debate en torno a las bendiciones que debemos realizar antes o durante de cada uno de estos preceptos. Primero veamos cuales son las bendiciones que dicho sea de paso no se alteraron en los últimos 2000 años. Para la Sucá: "Leishev BaSucá". Para los Arvaat HaMinim: "Al Netilat Lulav". Y también Sheejeianu para ambos mandamientos. 

La discusión más interesante que se da sobre estas bendiciones es cuando y cuantas veces las mismas deben ser pronunciadas. Algunos dicen que una sola vez, otros dicen que cada vez que realizamos el mandamiento y otros sostienen que una vez al día durante siete días. ¿Y en que quedó la halajá entonces? Una mezcla de todo un poco. En relación al Lulav debemos realizar la bendición cada día pero una sola vez al día aun si por algún motivo sacudimos los Arvaat Haminim más de una vez al día la bendición solo debe ser pronunciada una vez. En relación a la Sucá la cuestión es más compleja y hay mucho debate entre las autoridades medievales. La mayoría sostiene sin embargo que se debe realizar la bendición cada vez que ingresamos a una Sucá aunque lo hagamos más de una vez por día y aunque entremos a diferentes Sucot en un mismo día. 

¿Y Shejeianu? La bendición del Zman (tiempo) como es conocida en la literatura rabínica en los tiempos de la Guemará era pronunciada cuando se estaban preparando los Arvaat Haminim y la Sucá. Sin embargo generaciones posteriores de sabios establecieron que no se debe pronunciar Shejeianu sino hasta el momento de haber completado la Mitzvá. Por este motivo hoy pronunciamos Shejeianu sobre el Lulav la primera vez que lo sacudimos durante la festividad y el Shejeianu sobre la Sucá solo lo hacemos en el momento del Kidush durante Yom Tov. 

lunes, 21 de noviembre de 2016

Sucá 45 - Isru Jag

¿Escucharon hablar alguna vez de "Isru Jag"? ¿Si? ¿No? Este concepto surge de nuestra Guemará del día. Todo surge de un pasaje extraño de los Salmos: "Atad víctimas con cuerdas a los cuernos del altar" (118:27). En hebreo las dos primeras palabras de este versículo son "Isru Jag" traducidos literalmente como Atad (Isru) sacrificios (Jag). Antes de continuar es importante remarcar que en el hebreo bíblico el término Jag significa tanto festividad como los sacrificios que eran entregados en la festividad. 

Este versículo recibe tres interpretaciones exegeticas (drashot) diferentes en nuestra Guemará. La primera en relación a como se debe preparar el sacrificio en el altar, la segunda en la cual se dice que quien amarre el Lulav con el Hadas es como si estaría construyendo un altar y ofreciendo allí un sacrificio, y la tercera es la que nos interesa a nosotros: 
"Cualquiera que haga un Isru al Jag con comida y con bebida es considerado como si estuviera construyendo un altar y ofreciendo allí un sacrificio".

De esta enigmática frase sale la costumbre de lo que hoy conocemos (y que todavía no expliqué) de Isru Jag. Rashí da dos posibles interpretaciones a esta frase. La primera es que se refiere a las personas que honran la festividad con comidas y bebidas especiales, con manjares y con celebraciones. La segunda posibilidad que da Rashí como alternativa es que hace referencia al día siguiente a la festividad. 

Hoy en día la costumbre de Isru Jag es una combinación de ambas interpretaciones. El día posterior a Pesaj, Shavuot y Sukot es un día semi-festivo en donde no se recita Tajanun en las plegarias y a su vez es celebrado con más comida y bebida de las habituales. En Israel en Isru Jag no hay escuela. Es de alguna forma una "continuación de la festividad", algo así como una secuela.  

Ahora bien ¿Cuál es el motivo de Isru Jag? ¿Por qué seguimos celebrando, aunque sea a medias, el día después de las festividades? Históricamente algunos pueden argumentar que esta costumbre se basa que en el día posterior a Shavuot en los tiempos del Templo se seguían entregando sacrificios especiales al altar. O también que luego de la culminación de la peregrinación a Jerusalén los judíos seguían celebrando mientras comenzaban el regreso a su hogar. El Ben Ish Jai, basado en los escritos del Ari HaKadosh, nos dice que esta práctica tiene su origen en la idea de que la luz y la energía de la festividad continúan de alguna forma en nosotros. En una oportunidad escuché también que esto se asemeja al momento de terminar una carrera. Cuando uno corre y llega a la meta no para inmediatamente de correr, debe ir desacelerando de a poco y debe volver a la rutina paso a paso y no cortar de repente. Por este motivo cada una de nuestras festividades esta "rodeada" de una preparación las horas previas a la festividad y una suerte de pos-fiesta, el día que le sigue. Y esta pos-fiesta se conoce como Isru Jag, literalmente "Amarrar la festividad". 

domingo, 20 de noviembre de 2016

Sucá 44 - El confuso mandamiento de las Aravot

Una de las tradiciones más extrañas del judaísmo que seguimos sosteniendo hasta nuestros días sin saber exactamente por qué lo hacemos es el mandamiento conocido simplemente como "Arava" o "Aravot" en plural. Tal como cada día en el Templo de Jerusalén se sacudía el Lulav con las otras especies los sabios dicen que se tomaban también otras Aravot (hojas de sauce), distintas a las del manojo de las cuatro especies, cada día y se arrojaban al lado del altar mientras que los fieles daban vueltas alrededor del altar una vez. El séptimo día al concluir Sucot en la semi-festividad de Hoshana Raba se daban siete vueltas al altar y se "Jabit" las aravot. No sabemos exactamente que es Jabit. Rashí lo interpreta como "Nanuim" (sacudidas) tal como lo hacemos con el Lulav. En este sentido lo que se hacía con las Aravot en el Templo era sacudirlas cada día y luego arrojarlas al lado del altar. Sin embargo la costumbre más extendida hasta nuestros días es la que se desprende de la interpretación de Maimonides y muchos otros sabios del término "Jabit", ellos dicen que significa golpear las aravot. Y esto es lo que hacemos en Hoshana Raba, el último día de Sucot, en nuestros días. Damos siete vueltas alrededor de la sinagoga y golpeamos las aravot en el suelo y de esta forma simbolicamente concluimos con la festividad de Sucot y algunos de sus mandamientos. 

Origen del mandamiento. ¿De dónde surge este mandamiento? No de la Torá, el Talmud eso lo deja muy en claro. Dicen que es un precepto rabínico pero más aún dicen que esta era la costumbre de los profetas. El Talmud no está seguro si las Aravot fue un edicto (Iesod Neviim) o una costumbre (Minag Neviim) de los profetas. La mayoría de las autoridades talmúdicas sostienen que es una costumbre de los profetas que luego el pueblo la continuó y por ese motivo (por ser costumbre y no un decreto) no se realiza ninguna bendición sobre las Aravot. 

En los tiempos del Templo si Hoshana Raba llegaba a coincidir con Shabat igual se celebraba esta semi festividad con todas sus costumbres. Sin embargo durante unos 300 años luego de la destrucción del Templo si Hoshanah Raba coincidía con Shabat entonces esta semi-festividad era desplazada. En el siglo III cuando el calendario perpetuo rabínico fue fijado y ya no fijaba por el avistamiento de la luna nueva sino que quedaba fijo por cálculos astronómicos, los sabios decidieron que Rosh Hashaná nunca debe comenzar un domingo, miércoles o un viernes. De esta forma eliminan la posibilidad de que Hoshana Raba cayera nunca en Shabat. Por este motivo cada año tenemos la posibilidad de celebrar Hoshana Raba ya que técnicamente nunca puede coincidir esta festividad con Shabat. 

Al que le interese saber más sobre está mitzvá les dejo un muy buen artículo del rabino Artson sobre el tema: http://www.rabbinicalassembly.org/sites/default/files/assets/public/resources-ideas/cj/classics/sukkot/havatat-aravot-artson.PDF 

viernes, 18 de noviembre de 2016

Sucá 43 - El Lulav, el Shofar y la Meguilá Vs. Shabat

Comenzamos el cuarto capítulo del tratado de Sucá. El mismo empieza con una Mishná muy particular sobre diversos mandamientos que ocurren en la semana de Sucot: el mandamiento de "levantar/sacudir" el Lulav, el mandamiento de girar alrededor del altar con las aravot, el mandamiento de la alegría, de la libación del agua y del toque de la trompeta. En los próximos post cuando la Guemará vaya desarrollando uno por uno de los temas iremos explicando un poco más cada uno de ellos. Sin embargo por hoy lo interesante es que dependendiendo de cuando caiga Shabat durante ese año algunos mandamientos tendrán seis o siete días de duración o entre cinco y seis. Otros mandamientos, como la alegría, son independientes a Shabat y duran ocho días. 

Shabat y el Lulav. Tomemos el ejemplo de levantar o sacudir el Lulav. Si la festividad de Scuot comienza en Shabat entonces en los tiempos del Templo de Jerusalén esto se hacía por siete días sin embargo si Shabat caía cualquier otro día durante la festividad de Sucot entonces solo se cumplía este mandamiento durante seis días. ¿Por qué? Porqué en la Torá se nos dice que "el primer día" debemos tomar para nosotros estas cuatro especies por lo cual los sabios entendieron que de forma estrictamente hablando la Torá solo nos ordena cumplir este mandamiento el primer día, los otros días son algo así como un "edicto" rabínico (aunque no exactamente, sin embargo no quiero profundizar en el tema por su complejidad). Por este sentido los sabios dicen que si el primer día de la festividad coincide con Shabat, Shabat queda desplazado y se debe cumplir el mandamiento del Lulav, si Shabat cae otro día de la festividad no. 

Shabat y otros mandamientos. Es importante remarcar, ya que el mismo Talmud lo hace, que una de las prohibiciones centrales de Shabat es la de cargar objetos en la vía pública y que por dicho motivo ciertos mandamientos que bíblica o rabínicamente se deberían hacer incluso en Shabat quedan prohíbidos no sea cosa que alguien cargue aquel objeto en la vía pública para ir con un sabio que le enseñe a como cumplir aquel mandamiento (esto es llamado en la jerga rabínica Gezerat Rabá). Al igual que el Lulav, el Shofar en Rosh Hashaná y el la Meguilá en Purim, caen en la misma categoría. Si bien en los tiempos del Templo de Jerusalén (antes del año 70 d.e.c) el Lulav y el Shofar desplazaban al mandamiento de no cargar en Shabat (aunque según el Talmud la gente llevaba el Shofar y el Lulav al Templo o a la sinagogas antes de que Shabat empiece) hoy en día la costumbre universalmente aceptada es que si Shabat coincide con Sucot, con Rosh Hashaná o con Purim los "elementos distintivos" de aquellas festividades quedan desplazados para otros días. 

jueves, 17 de noviembre de 2016

Sucá 42 - Cuando los niños crecen.

¿Qué marca el fin de la niñez? ¿Hay un sólo punto de inflexión entre un infante y un niño o entre un niño y un púber? En lineas generales podríamos decir que la tradición rabínica marca la edad del Bat o Bar Mitzvá (12 o 13 años) como el paso entre la niñez y la pubertad. Cuando los niños y las niñas pasan ese umbral ya son hombres y mujeres con plenos derechos y obligaciones como todos los demás adultos del pueblo de Israel. Ese paso entre la niñez y la adultez es llamado Bat/Bar Mitzvá, la hija o el hijo del mandamiento ya que de ahora en más están obligados a cumplir todos los mandamientos estipulados por la ley judía. Si bien esto es cierto y las primeras referencias a este "pasaje" lo encontramos en la Mishná, la literatura rabínica marca otros puntos de cambio a lo largo de la niñez incluso mucho antes de llegar a los 12 o 13 años. 

¿Desde qué momento debe un niño "sacudir" el Lulav? Nuestra Mishná nos dice que debe hacerlo desde el momento "que sabe como hacerlo". Es decir los niños comienzan a estar obligados a diversos mandamientos no desde que llegan a la edad del Bat o Bar Mitzvá sino desde el momento que intelectual y físicamente pueden realizar dicho mandamiento. Cada niño y niña son diferentes. Algunos sabrán "sacudir" el Lulav a los 4 o 5 años y otros a los 7 u 8, lo importante es que sepan qué es lo que están haciendo (que tomen conciencia que es un mandamiento) y que sepan como hacerlo (que tengan la fuerza física y la destreza para hacerlo). 

El Talmud complementa esta idea con una extensa Tosefta en la cual se relatan diversos mandamientos en los cuales se enfatiza que desde que el niño sabe como realizar dicho mandamiento queda obligado al mismo. Algunos ejemplos: desde que el niño sabe como cubrirse con el Talit queda obligado a colocarse un Talit, desde que sabe como cuidar los Tefilín queda obligado a colocarse los Tefiilín. Desde que comienza a hablar su padre debe comenzar a enseñarle Torá y a recitar el Shemá Israel. Y si uno presta atención la mayoría de estas cosas un niño puede realizarlas desde temprana edad, quizás de los 3 o 4 años en adelante, mucho antes de llegar a la edad del Bat o Bar Mitzvá. Incluso más se nos dice que un niño puede ser incluido en una Jaburá (grupo) de comensales para el cordero pascual desde que sabe distinguir entre una piedra y una nuez. No sé exactamente a que edad pasa eso pero de seguro que es mucho antes de los 4 años. Quizás cuidar los Tefilín y mantenerlos en estado de pureza recién puedan hacerlo a los 8 o 9 años. En definitiva lo que nos enseñan los sabios es que el salto de la niñez a la pubertad o de la pubertad a la adultez no se da de un día para el otro. Es un proceso que debe ser acompañado por los padres y a cada paso, cuando el niño o la niña se encuentran capacitados, se debe incentivarlos a ir cumpliendo de a poco más mandamientos.

martes, 15 de noviembre de 2016

Sucá 41 - Zejer La Mikdash

El proyecto "rabínico" consistió en un doble juego entre tradición y cambio. Por un lado los rabinos de finales del siglo I y comienzos del siglo II d.e.c tuvieron que generar un "nuevo" judaísmo sin el centro político, cultural y religioso del antiguo Israel, es decir, sin el Templo de Jerusalén. Por otro lado la ruptura no podía ser total sino como en todo proceso historico también hubo muchas continuidades que anclaban las "nuevas" tradiciones con las costumbres milenarias. Rabí Iojanan ben Zakai fue uno de los líderes de esta "revolución-continuadora". Según la Mishná y la Tosefta este gran sabio sobreviviente de la destrucción de Jerusalén generó en los años 80 y 90 d.e.c una gran cantidad (unos 10) edictos que por un lado modificaban la ley vigente pero que por el otro anclaban las nuevas tradiciones con las antiguas costumbres del Templo de Jerusalén y sus coetáneos. Una de ellas tiene que ver con el Lulav.

Según la Mishná en un principio se solía tomar el Lulav durante siete días en el Templo de Jerusalén y solo un día en las provincias (es decir en cualquier lugar que no fuera el Templo, incluido Jerusalén según Rashí). Sin embargo, por Zejer laMikdash, en recuerdo del Templo, el Riba¨z decidió que en todos los lugares se tomaran los Lulavim durante siete días para sí emular la costumbre de los tiempos de antaño. Continuidad y ruptura. Riba¨z modifica la ley para mantener el recuerdo del Templo de Jerusalén vigente en nuestras vidas. Ahora cada día de la festividad que elevamos y sacudimos los Arvaat HaMinim sabemos que estamos haciendo como se acostumbraba a hacer en el Templo de Jerusalén. De forma maravillosa el Riba¨z vuelve a unir al pueblo judío al Templo de Jerusalén incluso cuando el Templo ya no está. 

domingo, 13 de noviembre de 2016

Sucá 39 - Las bendiciones previas a los mandamientos

En el Talmud se nos presenta una discusión en torno a las bendiciones del Halel. La Mishná había establecido que en los lugares que era costumbre bendecir se bendice y en los cuales la costumbre era no bendecir así se debía hacer. Sin embargo el Talmud establece que eso hace referencia a la bendición final, luego del recitado del Halel, ya que según Abaie todos concuerdan que antes de comenzar a leer Halel se debe recitar una bendición. La pregunta es ¿Por qué está tan seguro Abaie que antes de recitar el Halel se debe pronunciar una bendición? Porqué unas generaciones anteriores los sabios habían establecido el siguiente principio: "Se debe bendecir antes de realizar cualquier mandamiento". En hebreo: "Kol HaMitzvot Kulan Mebarej Aleihen Over Lehasiatan". Según este principio antes de realizar cualquier mandamiento debemos pronunciar una bendición. Sin embargo es importante aclarar en esta oportunidad algunos puntos: (1) Este principio no aplica en todos los casos ya que solo hace referencia a los mandamientos positivos y no a todos (por ejemplo no realizamos una bendición antes de dar tzedaká) pero sí a una gran cantidad (2) Ciertos mandamientos por una cuestión "técnica" deben ser realizados antes de la bendición (el caso paradigmatico es el de las velas de Shabbat) (3) Si bien es importante realizar una bendición de no hacerlo igual uno cumple con el mandamiento ya que existe otro principio talmúdico que dice que "HaBrajot Lo MeAkvot", es decir que la no pronunciación de una bendición no invalida el mandamiento. 

Un caso interesante en relación al principio general de que se debe realizar una bendición antes de la acción de un mandamiento determinado es justamente el de Netilat Lulav, el "sacudido" de las cuatro especies. Los Tosafot se hacen eco a este punto y nos dicen que en general si seguimos al pie de la letra este principio debemos realizar la bendición de "Al Netilat Lulav" antes de agarrar (es decir, de elevar) los Arvaat HaMinim. Sin embargo la costumbre (casi) universalmente aceptada es tomar los Arvaat Haminim (el etrog en la mano izquierda y los otros tres en la derecha) realizar la bendición y luego dar vuelta el etrog para que queda de la forma en la cual creció. Un ejemplo similar, nos traen los Tosafot, son los Tefilín ya que también realizamos la bendición a medio camino de la acción, justo antes de atarlos pero una vez que ya los colocamos en el brazo y en la cabeza. 

viernes, 11 de noviembre de 2016

Sucá 38 - Los esclavos, las mujeres y los niños vs. "el hombre".

Una nueva Mishná nos presenta una viva imagen de los valores culturales de aquella época. Hablando sobre las leyes en relación al Halel se dice: "Un esclavo, una mujer o un menor de edad ellos pueden leer para él, sin embargo él debe luego repetir todo que ellos dicen. Y que caiga sobre él maldición". Enigmática Mishná en una primera lectura sin embargo con la ayuda de Rashí, el Talmud y algunos conocimientos generales del pensamiento rabínico podemos comprenderla mejor. Halel es una serie de Salmos que son recitados y cantados en diversos días festivos (el comienzo de un nuevo mes o las festividades por ejemplo). Alguien solía recitar el Halel y sacaba así a los demás de su obligación. Este principio, sin embargo, es sólo valido cuando se trata de hombres, judíos, libres y mayores de 13 años. Cualquier hombre judío, libre y mayor de 13 años puede sacar a todos los demás de su obligación. Si un esclavo, una mujer o un menor de edad (todo lo contrario a aquel "judío ideal") recitaba el Halel el hombre libre, y mayor de edad debía repetir como un loro luego de cada palabra porque estas personas no podían sacarlo a él de su obligación (porque según explica Rashí no están obligados al recitado del Halel y nadie que este exceptuado de un mandamiento puede sacar a alguien de su obligación). 

La Guemará aborda este tema y dice que verdaderamente un hijo puede bendecir para un padre, un esclavo para su amo y una mujer para su marido. No hay ningún problema, esa es la halajá. El problema, sin embargo, es una cuestión de "honor" y es por eso que los sabios dicen que si un hombre necesita que una mujer, un niño o un esclavo le reciten el Halel (o cualquier otra bendición) debería caer sobre aquel una maldición. ¿Por qué? Por ignorante nos dice Rashí. En aquellos años los hombres mayores de edad y libres eran los únicos que debían estudiar y saber leer; y si una mujer, un niño o un esclavo sabían leer y un hombre de su entorno no esto representaba una humillación para aquel hombre y para todo el sistema social rabínico. Es por eso que piden una "maldición" para aquel ignorante. 

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Sucá 37 - El Lulav en la derecha!

Quien alguna vez realizó la mitzvá de los Arvat HaMinim se habrá preguntado por qué al realizar la bendición decimos: "Al Netilat Lulav", haciendo mención únicamente a este elemento y no a los otros tres. ¿Por qué no decimos "Al Mitzvat Arvat HaMinim"? La verdad es que no sabemos exactamente sin embargo sí sabemos que esta pregunta también surgió en la época del Talmud y uno de los sabios esboza una explicación: porque de los cuatro elementos el Lulav es el más alto y grande de todos. Al ser el más sobresaliente este adquiere un protagonismo especial y bendecimos sobre este en nombre de todas las demás especies. Por otro lado sabemos también que al Lulav se le ataban las aravot y los hadasim por lo cual estos tres elementos quedaban de alguna forma supeditados al Lulav. 

El Talmud también nos enseña que el Lulav (junto a los otros dos elementos) deben ser tomados con la mano derecha y que el Etrog debe ser agarrado con la mano izquierda. ¿Por qué? Porque tradicionalmente la mano derecha es la más importante y "protagónica" en el pensamiento rabínico y con la mano derecha sostenemos tres mitzvot mientras que con la mano izquierda solo una. Tiempo después los sabios también explican que el Etrog es tomado con la mano izquierda ya que este representa el corazón que encuentra (o apunta para ser más específicos) a nuestro lado izquierdo. 

martes, 8 de noviembre de 2016

Sucá 36 - "Bal Tosif"

En una nueva Mishná se nos presenta una interesante discusión entre rabí Iehuda y rabí Meir. Ambos sostienen que es mitzvá atar los Arvat HaMinim (lulav, hadas y arabá). Es decir, no debemos tomarlos todos separados en la mano sino que los mismos deben estar juntos y unidos de alguna manera. La diferencia entre ambos es que rabí Iehuda sostiene que solo pueden ser atados con algún elemento de los mismos Arvat Haminim. Para poner un ejemplo según rabí Iehuda pueden ser atados solamente con un hilo hecho de palmera (por el lulav) o con una rama de sauce (por la arabá). Sin embargo rabí Meir sostiene que los mismos pueden ser atados con cualquier material, incluso con un anillo de oro. 

La Guemará intenta racionalizar la discusión y la postura de ambos sabios. Raba explica que Rabí Iehuda no permite la utilización de otra especie para atar los Arvat HaMinim para evitar transgredir así el mandamiento bíblico de "Bal Tosif" (No añadirás). La Torá dice en más de una oportunidad que no debemos agregar ni extraer nada de los mandamientos y las leyes que allí se detallan. La tradición rabínica entendió este precepto no como la prohibición de agregar más mandamientos (ya que los sabios agregaron algunos mandamientos como la lectura de la Meguilá o Netilat Yadaim) sino como la prohibición de modificar (de más o de menos) los diversos mandamientos como son entendidos e interpretados por los sabios. Por ejemplo, si los rabinos nos dicen que cuatro son las secciones en los Tefilín agregar una quinta sección sería transgredir el precepto de Bal Tosif y hacer un Tefilín de solo tres secciones sería transgredir el mandamiento de Bal Tigrá (no quitarás). Y lo mismo ocurre con los Arvat Haminim, los mismos deben ser cuatro y no cinco. Rabí Iehuda cree que si se utiliza otro material uno estaría sumando una quinta especie transgrediendo así este principio bíblico. Sin embargo rabí Meir entiende que tal como la Sucá puede ser recubierta con cualquier especie (siempre y cuando la misma no reciba impureza y sea extraída de la tierra) el atado de los Arvat Haminim puede ser hecho con cualquier producto. 

domingo, 6 de noviembre de 2016

Sucá 34 - Cantidades de especies

Ya sabemos que los Arvat HaMinim no pueden ser ni robados, ni estar secos o rotos para ser válidos. Ahora bien ¿cuántos de cada especie debemos tomar? La Torá no nos lo dice pero sí la Mishná. En nuestra Mishná se presentan dos posiciones. Rabí Ishmael dice que se deben tomar 3 Hadasim (mirtos), 2 aravot (sauces), un lulav (rama de palmera) y un etrog (cidro). Sin embargo rabí Akiva sostiene que se debe tomar un elemento de cada especie y no más. El Talmud intenta racionalizar como cada uno de los sabios llego a estos números pero ninguna de las explicaciones que dan son totalmente satisfactorias. Por ejemplo Aba Shaul dice que Aravot deben ser dos ya que en la Torá está escrito "Arvei Najal" en plural y el mínimo del plural son dos. Aparte dice que una aravá debe ser utilizada para la mitzvá de los arvat haminim y otra aravá debe ser utilizada para el Mikdash en la antigua costumbre de rodear y de golpear el altar con hojas de sauce durante la festividad de Sucot.

Si bien como dijimos es difícil de entender la racionalización tanto de la posición de rabí Akiva como la de rabí Ishmael podemos suponer que ambas dos eran tradiciones de parte del pueblo judío para mediados del siglo II d.e.c cuando ambos sabios vivieron. La costumbre, universalmente aceptada hoy en día por el pueblo judío, es la de rabí Ishmael 3, 2, 1 y 1.  Y el Talmud nos enseña también que si uno de los arvat haminim no está presente la mitzvá es invalida a diferencia de otros mandamientos como el de los tefilín que cada tefilín (el del brazo y el de la cabeza) cuenta como una mitzvá en sí y si por algún motivo no podemos ponernos el del brazo debemos ponerlos el de la cabeza (y viceversa). 

viernes, 4 de noviembre de 2016

Suca 32 - Caminos de paz


¿Cómo sabemos exactamente cuales son cada uno de los frutos y elementos que componen los Arvat HaMinim? La Torá nos dice así: "Y tomaréis el primer día ramas con fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos, y sauces de los arroyos, y os regocijaréis delante de Adonai vuestro Dios por siete días(Lev. 23:40). La Torá no nos dice cual es el fruto hermoso que debemos tomar, ni que tipo de rama de palmera, ni que tipo de árbol frondoso utilizar. La tradición rabínica nos dice que debe ser un Etrog (cidra), Lulav (palmera), Hadas (mirto) y Aravá (sauce de arroyo) sin embargo ¿Cómo llegaron a estos cuatro elementos y no a otros? La mayoría de los académicos asegura que es una antigua tradición pasada de generación en generación de elementos que se encontraban mayoritariamente en la tierra de Israel y que cumplían con los requisitos del versículo bíblico previamente mencionado.

En nuestro Daf del día nos encontramos sin embargo con la pregunta de como estamos seguros de que la Torá cuando habla de ramas de palmeras habla específicamente del Lulav así como también se pregunta como sabemos qué "ramas de arboles frondosos" se refiere particularmente al Hadas (mirto). Quizás son otro tipo de ramas de palmeras las que debemos utilizar y quizás son otras ramas de arboles frondosos que debemos utilizar (sobre este punto el Talmud sugiere que incluso un olivo cumple estas características). Sin entrar mucho en los detalles técnicos muchos otros tipos de arboles y de ramas son descartados porque los mismos contienen pinches o pueden ser utilizados para hacer venenos y los sabios dicen que ese no es el camino de Dios. Es Abaie quien cita el famoso proverbio que dice: "Sus caminos son caminos agradables, Y todas sus sendas paz" (3:17), estableciendo así que Dios no puede obligarnos en Sus mandamientos a utilizar un objeto que pueda ser utilizado para la guerra o para la muerte (ver Rashí). 

Si bien la ciencia no es exacta el mensaje es hermoso y muy poderoso. Muchos otros tipos de plantas y arboles son descartados porque los mismos son también utilizados para matar, porque pueden dañar o pueden ser utilizados para crear venenos. Y con elementos así no podemos cumplir una mitzvá. 

Darjeia Darjei Noam - Sus caminos son caminos agradables. Este es el lema de la Tnuá, del movimiento juvenil, en el cual me forme y en el cual por muchos años fui educador. Esta es la base del judaísmo en el cual creo y el cual busco construir y afianzar día a día. Un judaísmo que imite a un Dios cuyos caminos son placenteros y cuyo mensaje es la paz. Al levantar y agitar los Arvat Haminim durante Sucot recordemos que cada uno de ellos fueron elegidos por ser elementos que emulan aquel versículo de los Proverbios, elementos agradables, placenteros y utilizados con fines pacíficos. No solo imitemos a Dios, intentemos imitar también a los Arvat Haminim para que nuestros caminos también sean agradables y nuestras sendas de paz. 

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Sucá 31 - La herencia más preciada, un Lulav.

¿Qué le dejarás de herencia a tus hijos? Seguramente esta sea una pregunta que mientras más grandes nos volvemos más recurrente nos la hacemos. ¿Plata en el banco? ¿Propiedades? El Talmud legisla profundamente las leyes de la herencia pero en nuestra Guemará del día aparece una herencia muy especial, quizás la herencia más simple pero más preciada de todo el Talmud: un Lulav. Antes de continuar vale la pena remarcar que en el mundo antiguo la mayoría de las herencias no eran ni grandes fortunas ni muchas propiedades sino simplemente algunas prendas de ropa, untensillos de la cocina, muebles del hogar y con mucha suerte alguna que otra reliquia familiar. 

Ahora bien, volvamos al Lulav. La Mishná (3:1) había enseñado que tanto un Lulav robado como el seco son invalidos para realizar la Mitzvá de los Arvat HaMinim. En nuestra Guemará, sin embargo, rabí Iehuda sostiene que un Lulav seco es valido para cumplir el precepto. Y para darle mayor validez a su postura nos trae una historia, pequeña pero poderosa: "Se cuenta que cierta vez los hombres de las aldeas solían dejar en herencia sus Lulavim a los hijos de sus hijos". Rahsí comenta al respecto diciendo que estos hombres se encontraban en aldeas alejadas de huertos de palmeras y que por eso no tenían a disposición constantemente Lulavim. Por este motivo al morir le dejaban a sus hijos y a sus nietos sus propios Lulavim que año tras año utilizaban para cumplir el precepto de las cuatro especies durante Sucot. ¡De seguro que esos lulavim debían estar más que secos!

Si bien el Talmud descarta esta historia como elemento de prueba ya que existe el principio rabínico de que "no se puede extraer evidencias de una situación de emergencia" esta es una hermosa historia para repensar que es lo que le queremos dejar a nuestros hijos como herencia. Aparte de asegurarles un bienestar económico debemos también procularles un bienestar espiritual y cultural. 

Para eso no solo debemos procuar que nuestros hijos tengan una educación judía sino que también nosotros debemos seguir aprendiendo y estudiando dando así el ejemplo. 
No solo debemos procuar que nuestros hijos e hijas realicen el Bar o Bat Mitzvá sino que nosotros también debemos vivir una vida de Torá y de Mitzvot dando así el ejemplo. 

Debemos preguntarnos diariamente ¿Tengo Lulavim para dejar en herencia? ¿Tefilín? ¿Talitot? ¿Libros de Torá? ¿Cenas de Shabat? ¿Almuerzos bajo la Sucá? ¿Qué herencia judía le dejaremos a nuestros hijos en sus manos y en sus recuerdos?