viernes, 13 de enero de 2017

Ketuvot 22 - Una Amlatá por favor.

La Mishná nos sigue trayendo algunos casos donde en primera instancia la mujer dice alguna cosa sobre su estado y luego cambia su testimonio. ¿Se le cree o no? El caso más paradigmático que ya discutimos es si una mujer dice "Estuve casada pero luego me divorcié". Si una mujer de la cual no se creía que estaba casada afirma que así lo estuvo pero que luego se divorció su testimonio es creíble por el principio "La boca que prohibe es la boca que permite". Los sabios del Talmud discuten luego si este principio de HaPe SheAsar Hu HaPe SheHitir es un principio bíblico o solo se deriva de la lógica. De cualquier forma este principio legal aparentemente solo se da cuando uno da su testimonio en una misma vez, en una misma "oración" y no separado por un tiempo prolongado. Por ejemplo si una mujer cierta vez dice "estoy casada" y tiempo después dice "estoy libre" no se le cree porque uno no puede cambiar su testimonio "así como así". A MENOS, a menos, nos dice el Talmud que la mujer presente una Amlatá.

¿Qué es una Amlatá? Al parecer el término proviene del arameo Matalá que significa parabola (Mashal en hebreo). Una Amlatá vendría a ser una explicación de sus dichos. Una Amlatá es una historia que contamos para argumentar y justificar nuestras acciones. 

Siguiendo este principio de que el testimonio de una mujer que primero dice una cosa y que tiempo después cambia solo es válido con una Amlatá es que el Talmud nos presenta un ejemplo muy interesante de este principio. Se cuenta, nos dice el Talmud citando al Ierushalmi (2:5), que cierta vez había una mujer muy poderosa y muy hermosa que todos los hombres se abalanzaban sobre ella para tomarla como esposa. A todos sus pretendientes les decía: "Estoy casada". Tiempo después se consagró ella misma con un hombre. Los sabios le preguntaron como fue que hizo eso (¿si afirmaba que estaba casada como podía ir y casarse con otro hombre? y ella contesto que cuando se aceraba un pretendiente que no era adecuado para ella lo disuadía diciendo que estaba casada pero que en verdad no lo estaba, solo estaba esperando a su hombre ideal. Este es un claro ejemplo de una Amlatá.

Para resumir: solo es válido que cambiemos nuestro testimonio sobre nuestra condición (soltero, casado, divorciado, etc.) si damos una buena justificación (Amlatá) a nuestro cambio en el discurso. Si lo hacemos nuestro testimonio es válido y creíble, sino no. 

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