martes, 9 de mayo de 2017

Ketuvot 62 - Entre el estudio y el hogar

La Mishná establece que un estudiante de Torá puede ir a estudiar a una Yeshiva por un periodo de un mes sin autorización de su mujer. Si bien en términos generales un hombre no debe estar más de una semana sin tener relaciones sexuales con su mujer hay diversas excepciones a esta regla general, está es una de ellas. El Talmud nos dice que si es con la autorización de la mujer un estudiante rabínico puede irse de su hogar por todo el tiempo que lo desee. Sin embargo el propio Talmud se pregunta después cuanto es el tiempo "adecuado" o "normal" para ausentarse del hogar en pos de estudios rabínicos. Dos posiciones se presentan. Un sabio dice que se debe estar un mes en el hogar y otro mes en la Yeshiva mientras que otro sabio sostiene que se debe estar dos meses en el hogar y un mes en la Yeshiva. El Talmud, sin embargo, continua diciéndonos que otros sabios sostenían que un estudiante de Torá puede irse hasta dos o tres años a estudiar Torá sin autorización de su mujer. 

Hasta aquí la ley. De ahora en más el Talmud traerá diversas historias sobre varios sabios que deciden adoptar está última posición (la de irse muchos años a estudiar Torá con o sin autorización de su mujer). La inmensa mayoría de estas historias no tiene un final feliz. En todas estas historias se muestra la tensión entre el deseo y la pasión por el estudio de la Torá y las responsabilidades del hombre para con su hogar (su mujer y sus hijos). El Talmud trae varias historias (unas seis) en donde se critica fuertemente (de forma implícita y explicita) la costumbre de aquella época de irse del hogar por muchos años (hasta 12 en algunos casos) para estudiar Torá. Se cuenta de historias donde el hombre muere mientras estudiaba Torá ya que su mujer llora al ver que su marido se ausentó, otras historias de mujeres que mueren por un infarto al ver que su marido regresó de repente después de muchos años, historias donde los padres no reconocen a los hijos ni los hijos a los padres por haberse ausentado del hogar por mucho tiempo, etc. 

Al parecer era una costumbre extendida en los tiempos talmúdicos ausentarse del hogar por muchos años para ir a estudiar a grandes Yeshivot. Si bien el estudio de la Torá es uno de los valores fundamentales y más defendidos por el judaísmo rabínico los sabios y editores del Talmud también son conscientes del peligro del amor desmedido por el estudio que lleva a abandonar al hogar y a las responsabilidades como padre y esposo. Toda está colección de historias termina sin embargo con un final feliz, con la historia de Rabí Akiva y Rajel. Una historia en donde la mujer sacrifica 24 años de su vida para que su marido pueda convertirse de un simple pastor a uno de los sabios más importantes de la historia del pueblo judío. Para que le interese está historia se encuentra en Ketuvot 62b (últimas lineas y continúa en Ketuvot 63a).

Les comparto aquí, a modo de ejemplo, tan solo una de las tantas historias (sin final feliz) que se relatan en está Sugya:

Rab Rejumei solía frecuentar la escuela de Raba en la ciudad de Mejoza; y solía retornar a su hogar en cada víspera de Iom Kipur. En una occasion quedó absolutamente compenetrado en su estudio [olvidando así regresar a su hogar]. Su mujer lo estaba esperando y en todo momento decía “él está por venir, él está por venir”. Como él no llegó ella se sintió tan deprimida que lagrimas comenzaron a caer de sus ojos. En ese instante él estaba sentado sobre un techo. El techo se derrumbó y murió. 


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